Alegoría al Bicentenario

Alegoría al Bicentenario
Alegoria al Bicentenario: Grito de la libertad
"De medico y loco, todos tenemos un poco" Tal vez, de artista también. Al menos hoy en día, cuando es tan fácil acceder a cursos, materiales, etc. Y la verdad, dando una vueltita por las paginas de nuestros diarios, encontramos siempre alguna propuesta para visitar galerías, exposiciones individuales, colectivas, y nombres nuevos que surgen. Algunos quedan, otros desaparecen. Hace casi 20 años que me dedico a la pintura al oleo. Participe de algunas exposiciones, hice una individual, hace dos años, y bueno, ahora me decidí a entrar a ese mundo fascinante de los "bloggers". Mis motivos favoritos son los caballos y los paisajes, tanto del Paraguay, como también de otros lugares. De a poquito compartiré con ustedes mis obras. Siempre trato de que mis cuadros cuenten alguna historia, o sea, que no sean meramente decorativos.Quiero darle al espectador la posibilidad de adentrarse en un paisaje, sentir el sol caliente nuestro que se refleja en caminos arenosos,la sombra refrescante que brinda un viejo árbol al costado de un sendero en un campo abierto. Así que, : BIENVENIDOS A MI MUNDO

jueves, 29 de septiembre de 2011

En la selva


Poema Balada Para Los Árboles Ausentes. de Herib Campos Cervera


Por el camino de plata
– confudido entre penumbras -
vinieron ocho asesinos
con hachas recién fundidas.
Sobre el filo sin herrumbres
pasa el viento de la noche
y abraza luego el follaje
  para decirle, en secreto,
que vienen ocho asesinos
con hachas recién fundidas.
¡Cómo tiritan las nubes!
¡Oh, Dios mío, cómo lloran
las estrellas y los pájaros!
¡Cómo lo noche inocente
quiebra su voz de silencios
  y su música de plata!
Se desnudaron el torso;
miraron de abajo a arriba
  y entre la fiesta del verde,
cada cual marcó su crimen.
Alto al cielo subieron
los hierros recién fundidos;
y al bajar volvían rugiendo
por las bocas de sus filos;
ni las nubes, ni los pájaros
pudieron dejarlos ciegos.
El follaje se estremece
como si fuera a morirse;
las estrellas tienen frío
de ver el hierro desnudo
y el agua del alba viene
para llorar con la luna.
Huyeron los asesinos
con sus hachas como espejos
los pájaros ya no tienen
donde colgar sus canciones.
El viento se va en sollozos
llevando sus hojas muertas,
mientras lo noche de plata
quiebra su voz de silencios
y su música de lunas.
Cuando fue otra vez el día,
la presencia de una ausencia
lloraba el sol su tristeza
de cicatriz desolada.

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