Alegoría al Bicentenario

Alegoría al Bicentenario
Alegoria al Bicentenario: Grito de la libertad
"De medico y loco, todos tenemos un poco" Tal vez, de artista también. Al menos hoy en día, cuando es tan fácil acceder a cursos, materiales, etc. Y la verdad, dando una vueltita por las paginas de nuestros diarios, encontramos siempre alguna propuesta para visitar galerías, exposiciones individuales, colectivas, y nombres nuevos que surgen. Algunos quedan, otros desaparecen. Hace casi 20 años que me dedico a la pintura al oleo. Participe de algunas exposiciones, hice una individual, hace dos años, y bueno, ahora me decidí a entrar a ese mundo fascinante de los "bloggers". Mis motivos favoritos son los caballos y los paisajes, tanto del Paraguay, como también de otros lugares. De a poquito compartiré con ustedes mis obras. Siempre trato de que mis cuadros cuenten alguna historia, o sea, que no sean meramente decorativos.Quiero darle al espectador la posibilidad de adentrarse en un paisaje, sentir el sol caliente nuestro que se refleja en caminos arenosos,la sombra refrescante que brinda un viejo árbol al costado de un sendero en un campo abierto. Así que, : BIENVENIDOS A MI MUNDO

viernes, 27 de abril de 2012




Oda a las aves del Paraguay

De las riberas del Ypoá  
se elevan las garzas
surcando el cielo
bóveda celeste, guaraní.
Lejano suena
el canto sutil
de los hijos del sol,
Kuarahy-Mimbi.

El Ipequí
la Cigüeña soberbia y
el Tuyuyú,
con airosas zancadas
cruzan arrogantes
las altas gramillas
que orillan
el agua;
desde la costa del chaparro boscaje
el Ipacaá canta,
entona sus coplas,
anunciando
chubascos.

Sorteando las hojas del
camalotal
Aguapé-hasô
detiene su andar
para encontrar
entre verdes hojas
un yatyta,
suculento manjar.
Desde una rama
Se lanza al agua
cual una flecha tornasolada
y con furor,
Martín Pescador.

Chajá, Garza Mora,
el Yabirú;
todos habitan esteros
y lagunas,
mientras en los montes
profundos, oscuros,
el Jaku guasu
y el Tatapuá,
dividen el suelo
boscoso terreno,
con el Muitú.

Canta a lo lejos
con melancolía
el Guayrapu,
y entre los chaqueños matorrales
corre  Ñandú,
la Charata
y el Ynambú.
El cuervillo en las cañadas
Viudita blanca, las Golondrinas
y los Cardenales
con su trinar,
son integrantes
primordiales
de esta sinfónica aviar.

En los lugares
donde al crepúsculo
canta melódico
el Corochiré,
lo reemplaza
en noche profunda
el Guaymingue.
Y en medio suena,
igual a una pena,
la canción afligida del
Urutaú.
Al borde selvoso
de los caminos callados
donde
posa silencioso
el Yvyja’u,
entre el ramaje
espeso y frondoso
va de cacería
el Ñacurutú.


Cuando amanece,
y ya adormece
en su tacurú
el Caburé,
se estremecen
las avecillas
en las campiñas:
El Bendito sea
y Yeruti
cantan, solfean,
trinan
y volotea
en redor de las flores
el Mainumby.
Gua’ases y loros
con gran alboroto
trepan, parlotean,
invaden los bosques
buscando semillas
de Naranja Hay.

Anó y Piririta
ruidosos Gorriones,
el TeroTero
la mansa paloma,
la ratonera
y el Pitogüé,
forman parte
del vivaz plumaje
de todas las aves;
trabaja el hornero
canta el Chiricó.
Navegan
cruzando
el azur de los cielos,
allá en lo alto
los Yryvu.
Y muy silencioso
aventurado y
azaroso
surca el aire
el Taguató.

Janina Bradler

lunes, 23 de abril de 2012

Rincón del poeta





La Ley

Están hablando de sinalefa,
decasílabos, diptongos y ley;
ley, que según ellos
todo poeta
debe tener.
Me rompo el coco,
se calientan las orejas
porque –dicen ellos-
es justo eso
lo que hay que hacer.
Voy buscando, escudriñando
los recovecos de mi ser.
No encuentro respuesta,
tan solo inercia
por doquier…….
Sin embargo.. si nadie reclama,
nadie presiona,
así, sin forzar…
Las palabras fluyen,
brotan y germinan…..
sin buscar.
Pero husmeando, tantear, preguntando
los vocablos, los verbos
la dicción y el habla
huyen del seso
dejándolo inerte
pasivo,
inactivo.
Totalmente yerto.

martes, 3 de abril de 2012

Cosas de vecindario


Fosforito de San Juan


            Las ramas largas de la liana cubrían el cerco. En cascadas caían los brotes nuevos que ahora en el próximo mes de Junio se cubrirían con florecillas color naranja fuego; una de las flores mas llamativas de la flora autóctona que con sus cálices ordenados en racimos, dan un toque otoñal al paisaje porque esta planta crece con predilección al borde de los caminos, cubriendo los barrancos o trepando por viejas cercas y hasta allá arriba, a la copa de los arboles añosos que aun quedan como mudos centinelas entre los grandes sojales de la zona.
            Hoy encontré a mi liana triste, muerta. Los brotes mustios, caídos. La mano despiadada del obrero del vecino (porque no fue el jardinero) corto las ramas implacablemente - para hacer lugar-, dijo.
 Ya no habrá flores este año; no habrá una cascada de fuego naranja amenizando el invierno paraguayo, haciendo alusión a la fiesta de San Juan; al menos no en mi jardín. Florecerán en otros lugares donde no les alcance la mano atroz de algún trabajador que poco o nada ve en plantas silvestres. Aquel que limpia su terreno para plantar frutos que alimentan al estomago, no a la vista y al alma. Pero, yo pregunto:  ¿Y la liana de mi cerco? ¿Acaso estaba molestando? ¿Ahora los vecinos que plantaran? Aburridos setos verdes que necesitan de la poda cada dos por tres y que solamente tienen la triste función de separar a un vecino del otro. Nada de alegres flores, de picaros brotes, que con sus zarcillos buscan donde agarrarse. Solo queda un alambrado pelado con ramas secas, el saldo callado y triste de la ignorancia………