Alegoría al Bicentenario

Alegoría al Bicentenario
Alegoria al Bicentenario: Grito de la libertad
"De medico y loco, todos tenemos un poco" Tal vez, de artista también. Al menos hoy en día, cuando es tan fácil acceder a cursos, materiales, etc. Y la verdad, dando una vueltita por las paginas de nuestros diarios, encontramos siempre alguna propuesta para visitar galerías, exposiciones individuales, colectivas, y nombres nuevos que surgen. Algunos quedan, otros desaparecen. Hace casi 20 años que me dedico a la pintura al oleo. Participe de algunas exposiciones, hice una individual, hace dos años, y bueno, ahora me decidí a entrar a ese mundo fascinante de los "bloggers". Mis motivos favoritos son los caballos y los paisajes, tanto del Paraguay, como también de otros lugares. De a poquito compartiré con ustedes mis obras. Siempre trato de que mis cuadros cuenten alguna historia, o sea, que no sean meramente decorativos.Quiero darle al espectador la posibilidad de adentrarse en un paisaje, sentir el sol caliente nuestro que se refleja en caminos arenosos,la sombra refrescante que brinda un viejo árbol al costado de un sendero en un campo abierto. Así que, : BIENVENIDOS A MI MUNDO

jueves, 5 de septiembre de 2013

Que es un autor

                Un artífice, un creador. Causante, cometedor, hacedor: todo eso es un autor. Y autores existen desde que la humanidad inventó el arte de expresarse mediante símbolos, dibujos, jeroglíficos y más tarde con las letras como las conocemos hoy. Creo que cada ser humano  llega a ser autor de algo en un momento dado de su vida. Lamento que la ciencia que estudia las letras, muchas veces, en vez de inspirar y dar alas al aprendiz, lo obliga a aprender a ser un autor en base a dogmas y enseñanzas tradicionales, aburridas y obsoletas.
                La música, la fotografía, el cine y el software obedecen a una idea. Y esa idea nace en aquella persona que llamamos autor, narrador, cuentista.
                En la Edad Media el término autor era prácticamente el sinónimo de autoridad; pienso que fue así, porque en aquellos tiempos, el derecho de escribir o crear algo era el privilegio de unos pocos que tuvieron la suerte (por nacimiento o adquiriéndola por astucia) de poder estudiar. Demás esta mencionar que en aquel tiempo la participación en la literatura y en las artes por parte de las mujeres, era casi nula. (De eso se ocupó con creces la Iglesia Católica.)
                En algunos círculos literarios se hace una diferencia entre el autor y el cuentista. El autor escribe el texto, mientras que el narrador cuenta la historia. El cuentista se vuelve una instancia, creada por el autor.
                En la actualidad hay autores y narradores, ya sea de novelas, literatura técnica o poemas de gran estética y belleza; de ensayos y narraciones estilizados y sobrecargados, como granos de arena tienen las playas del mundo. Tal vez, y esa es una opinión muy mía, anterior a nuestra era computarizada los autores sobresalieron con sus obras por calidad y no, como hoy, por cantidad. Editar, lanzar un libro, era todo un tema. Hoy, escribo algo, lo subo a Internet y ya esta: soy autor/a. Lo presento en un blog, lo subo a fb y al instante está dando la vuelta al mundo. Autores así, hay miles. Creadores de los Powerpoint que circulan en la red; también son autores.
 ¡Ah! Y no sabría decir cómo protegerme, o proteger cosas de mi autoría, de plagios, de los copiones. ¿Con señal de agua? ¿Textos en pdf? No creo que Internet sea una manera segura y confiable para editar un libro o hacer conocer lo que artísticamente hacemos y creamos, si no queremos que alguien se lo lleve y le plasme su propio sello y nombre.
                Yo pinto cuadros. Oleos. Tengo algunos publicados en Artelista, una página web, que da la oportunidad de promocionar lo que uno crea. Otros en una página paraguaya, Portal Guaraní. ¿Pero seguridad? No hay. La profesora de un instituto de arte de mi ciudad, encontró un cuadro mío que le gustó. Lo bajó de Internet, lo imprimió y se lo dio a sus alumnos para que lo copien. Así de simple. Estoy consciente de que no puedo defenderme de eso, pero lo que critico, es la ausencia total de la ética, moral y profesional. Si ya tienen que bajarlo de Internet por falta de otras alternativas, me gustaría, que por lo menos, mencionen el nombre del autor; trátese de un texto, una cita o la fotografía de un cuadro. Pero como hay tantas obras en la red, accesibles a quien tenga computadora e Internet, es como si ya no se le da el mismo valor ni el respeto como antiguamente. ¿Por qué gastar dinero en comprar un libro si lo puedo bajar gratis de Internet?
                Creo que, a pesar de todos los avances tecnológicos (o tal vez justamente por eso) el creador o inventor de hoy tiene las mismas guerras que combatir, los mismos obstáculos que superar como sus colegas del pasado. Al menos, si es un creador serio, celoso de su obra; un artífice de la pluma, del cincel o de pinceles;  un cometedor y causante de indescriptibles sensaciones entre aquellos que leen, aquellos que ven con los ojos del alma: un autor.


Janina Bradler

1 comentario:

Mariana dijo...

Hola, Janina. Gracias por tu post, bien escrito y entretenido de leer.

Me quedo pensando en si será tan así que todo creador es "celoso" de sus obras. ¿Los celos son parte de la vida creativa? De ser así, sería un poco triste. Tiendo a creer que no, que hay muchas más ganas en la mayoría de los artistas de aportar a la cultura y saber general, que en guardar celosamente para sí lo que han creado.

El caso que nos cuentas de uso de una profesora y sus alumnos de uno de tus cuadros... ¿consideras que te ha generado un perjuicio? ¿Dejarías de aprovechar los beneficios que te da este blog y Artelista por temor a otros casos así? Creo que hoy, ningún artista sacrificaría su visibilidad por eso.

Lo que está faltando, creo yo, es difundir mejor nuestra tarea como artistas. Ofrecer, por ejemplo, a los estudiantes, descargas libres a cambio del debido reconocimiento. Enseñarle a la gente cómo citar, como reconocer al autor.

Seguro que si te pusieras en contacto con esa profe y le explicaras tu situación, ambas verían todo distinto. Quizás hasta habría oportunidad de explicarle a los chicos quién es la pintora y cómo se hace una cita adecuada. Piensa que si te han tomado como ejemplo para aprender a pintar, es que consideran tu trabajo justamente como eso, un ejemplo.

Te dejo con estas reflexiones, la seguimos en el curso!