Alegoría al Bicentenario

Alegoría al Bicentenario
Alegoria al Bicentenario: Grito de la libertad
"De medico y loco, todos tenemos un poco" Tal vez, de artista también. Al menos hoy en día, cuando es tan fácil acceder a cursos, materiales, etc. Y la verdad, dando una vueltita por las paginas de nuestros diarios, encontramos siempre alguna propuesta para visitar galerías, exposiciones individuales, colectivas, y nombres nuevos que surgen. Algunos quedan, otros desaparecen. Hace casi 20 años que me dedico a la pintura al oleo. Participe de algunas exposiciones, hice una individual, hace dos años, y bueno, ahora me decidí a entrar a ese mundo fascinante de los "bloggers". Mis motivos favoritos son los caballos y los paisajes, tanto del Paraguay, como también de otros lugares. De a poquito compartiré con ustedes mis obras. Siempre trato de que mis cuadros cuenten alguna historia, o sea, que no sean meramente decorativos.Quiero darle al espectador la posibilidad de adentrarse en un paisaje, sentir el sol caliente nuestro que se refleja en caminos arenosos,la sombra refrescante que brinda un viejo árbol al costado de un sendero en un campo abierto. Así que, : BIENVENIDOS A MI MUNDO

viernes, 21 de junio de 2013

Reflexiones al margen de los hechos
            Leyendo las publicaciones en las redes sociales acerca de los actuales tumultos en el Brasil, me sorprende lo desatinadas que son ciertas personas que con su grito “Revolución” concitan a las masas. Los que aguijonean con refranes, santo y seña, son generalmente aquellos que están bien acomodados y muchas veces hasta muy alejados de los hechos o quizás hasta están viviendo en otros países.
            Si bien es una cruda realidad de que tanto en ese país, como en tantos otros en el mundo entero, la educación, la salud y el bienestar social sufren un tremendo déficit, también es una realidad que sediciones de esta índole muchas veces tienen un trasfondo netamente político. Y, sin querer presumir o hacerme de la entendida, en la mayoría de los casos el sufrimiento de un pueblo es aprovechado para alcanzar un objetivo que nada tiene que ver con mejorar específicamente la  insatisfacción de la nación; pero aquellos que claman por justicia y mejoras, se sienten apoyados por algún movimiento, alguna corriente política y pronto se suman los necesitados y humillados. Triste es que también se suman los agitadores, los ignorantes y los oportunistas que a veces ni siquiera saben el porqué de la protesta; son simplemente simpatizantes del alboroto, holgazanes que se hacen pasar por defensores de los débiles.
            Y esas masas furibundas, casi enajenadas son tratadas, por fuerza mayor, como criminales porque lastimosamente se comportan como tales. Cunde el pánico, el vandalismo y el saqueo. Esto ya no tiene nada que ver con la idea principal que movilizo a un sector de un pueblo en el principio. Y aquellos que tienen la palabra revolución en la punta de la lengua, bueno, yo diría que se la traguen. ¿Cuánta sangre fue derramada en todo el mundo y a lo largo de la historia de la humanidad? ¿Cuánto sufrimiento generaron las revoluciones sangrientas que siempre surgieron a raíz del descontento de un pueblo? Y siempre fue el pueblo que pagaba el tributo. Un tributo alto. Y una secesión de todo aquello que representa a un pueblo sano y fuerte. Y esto a veces por muchos años.
            Con respecto a las protestas en Brasil yo pregunto: Y por acaso, esa oportunidad que tiene ese país en ser el anfitrión de dos de los eventos deportivos más importantes del mundo, ¿No traerá beneficios a grandes sectores de la población? Por ejemplo las grandes empresas constructoras y en consecuencia una demanda importante de mano de obra; la hotelería y el turismo, la gastronomía por nombrar algunas. Aparte de que infraestructuras como estas, que son necesarias para eventos de tamaña envergadura, no acaban con los juegos. Siguen allí. Pero, como dije anteriormente, es una opinión mía. No quiero politizar, ni acusar. Simplemente pregunto.
            Y recuerdo un hecho que ocurrió hace unos años en el condominio donde vivo. En un momento dado se presento una gran oportunidad: La Copa Davis se llevaría a cabo en nuestra comunidad.          Eso implicaba grandes cambios en la infraestructura a nivel del club, la hotelería, la seguridad etc. Sin embargo ese sueño se trunco por culpa de algunas personas que, sin visión del futuro, alegaron un sinfín de reparos  y contras; en primer lugar: el gasto y la seguridad. Y la mayoría, sin pensar, indagar o informarse, se ciñeron a la misma puntuación. Pero, ¡oh sorpresa! Aquellos gastos tan temidos como también la implantación de un sistema sofisticado de seguridad ya estaban elaborados y subvencionados en su totalidad por grandes empresas del mercado local. Las lamentaciones póstumas no cambiaron la realidad: La Copa Davis se jugó en otro país y sobró la conmiseración propia. Ojala no le ocurra algo semejante al vecino país.
            Y para finalizar, una última pregunta y quizás la de mayor trascendencia: ¿Cómo es posible, que en un país como el Brasil, cuna de grandes astros en el firmamento deportivo, patrocinador por excelencia de todo tipo de deportes y ejemplo destacado en hospitalidad y atención al turista, el pueblo se levanta en contra de aquello que mundialmente es un privilegio febrilmente anhelado por tantas naciones?


Joana

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