tag:blogger.com,1999:blog-39321020439925974852024-02-07T01:01:36.557-03:00Maktub-ATELIER JOANA-MaktubEste es un blog para todos los amantes del arte y de la buena lectura.
Si encontraste esta pagina y te ha gustado, es "Maktub"Janina Bradler (Joana)http://www.blogger.com/profile/11440203627384730594noreply@blogger.comBlogger64125tag:blogger.com,1999:blog-3932102043992597485.post-66078919507254077632014-04-18T19:43:00.000-04:002014-04-18T19:43:45.370-04:00<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhBBDEsD66EnLKl_DZw9z5ez5voN3xm3VsLJre8L8cWir4RBdYc3ygGmzmBQedlMkIH6vF1ev64JB-JV3orqHVeQcDf1S1GU7lt4kz7w9S5822kHl6hWjfxFjBn4Qop6tivMmAq19_iHq0A/s1600/055.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhBBDEsD66EnLKl_DZw9z5ez5voN3xm3VsLJre8L8cWir4RBdYc3ygGmzmBQedlMkIH6vF1ev64JB-JV3orqHVeQcDf1S1GU7lt4kz7w9S5822kHl6hWjfxFjBn4Qop6tivMmAq19_iHq0A/s1600/055.jpg" height="320" width="240" /></a></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES">Y conmigo la guardare….</span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES"> La
lluvia cae sobre San Juan Bautista de las Misiones. Ya hace días. Los relámpagos parten en dos los cielos que
luego vuelven a juntarse en monumentales truenos. Hoy es martes y debo ir,
llueva o no, a gestionar algo en la ANDE. Las calles están prácticamente vacías.
Son casi las ocho de la mañana. Dejo a mi hijo en el colegio y sigo. En algún
momento vi las oficinas de nuestra administración nacional de electricidad; en algún
lugar. Recuerdo vagamente haberlas visto, instaladas como provisoriamente en
una de esas casas centenarias de las cuales hay muchas por aquí. Pero la lluvia,
con sus velos blancos y húmedos,
transforma el panorama de las calles. No reconozco el lugar y mi mala memoria me hace conducir en círculos.
Al final paro en una estación de
servicio.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES"> “¿La
ANDE?”, pregunto al chico que está resguardándose de la lluvia por debajo del
alerón que cubre la entrada a la oficina. “Acá a la vuelta señora”, me dice,
visiblemente aliviado de que no quiero cargar combustible. Le agradezco y giro
a la derecha. Por suerte esa calle es de sentido doble. Pero ni a la vuelta, ni
a una cuadra, ni a la siguiente encuentro algo que podría ser una oficina.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES"> La
puerta de una de las casas está abierta. Una pareja de mediana edad está
tomando mate. Acerco el auto al cordón de la vereda. No me tomo la molestia de
bajar, tan solo la ventanilla del lado del acompañante y pregunto a gritos,
tratando de superar el ruido de la lluvia, por las oficinas de la susodicha
ANDE. De inmediato me avergüenzo de haberme quedado en el auto sentada, porque
el buen hombre, mate en mano, sale a la intemperie y me señala el camino, me da
la dirección exacta. Amabilidad sanjuanina. Bueno, en la próxima me bajaré del
auto pienso, pongo la marcha en D y allá voy. Son once cuadras en dirección a
mi casa. De allí vine y estoy segura que ya había pasado dos o tres veces por
esa misma cuadra.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES"> Llego
felizmente a destino. Hay varios vehículos frente a la oficina de la ANDE, al
lado de la Parroquia María Auxiliadora. Debo estacionar a unos cuantos metros y
me toca a mi salir a la lluvia. Ignoro el paraguas que mi hijo dejo en el
asiento trasero. Con tal, las alpargatas se mojarían igual. No son precisamente
el calzado ideal para días de lluvia.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES"> En
la oficina hay tres personas. Una pareja, frente a frente. Ella, vestida de
uniforme, el, cebando un mate. Amablemente responden a mi saludo sin dejarse de
vista ni un solo instante. ¿Un romance que empieza o un amor que termina? No es
posible descifrarlo en ese instante, pero algo hay; algo así como esos relámpagos
allá afuera. Estáticamente cargados.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES"> La
colega de la mujer estática, también saboreando un mate, pero a solas, me
atiende cortésmente y mi diligencia acaba tan pronto como empezó. Ya está. La próxima
vez, la facture me la llevaran a la casa que estamos alquilando. Fue apuntado en un papelito, con un lápiz de papel. Nada de
computadoras, nada de sistemas. Así de simple.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES"> Vuelvo
a la calle, vuelvo al auto. Sigue la lluvia. Una chica cruza corriendo hacia la
otra vereda y una moto la baña con un chapuzón que levantan las ruedas. Pero
poco le importa; el agua que baja desde arriba, si bien esta más limpia, igual
moja.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES"> Cuando
llego a casa, o mejor dicho, al portón del patio de casa, una nube parece
haberse dado cuenta de mi situación y pícaramente abre sus pórticos, inundando
todo a chorros. De arriba agua, y para bajar del coche, a cruzar raudales.
Tengo los pies helados. Definitivamente las alpargatas están hechas para tiempo
seco.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES"> El
día siguiente amanece con una tenue llovizna y un cielo gris. Tan gris que ni
remotamente recuerdo como es un cielo azul. La única faceta positive de todo
eso es el silencio de los vecinos, o mejor dicho, el silencio de sus espantosos
equipos de sonido. Y el transportista del frente a lo mejor duerme. Porque el
equipo de su furgón no depende de un enchufe. Gracias a Dios los demás temen
las descargas eléctricas y desenchufan todo.
A eso de las once de la mañana, un pedazo de cielo azul aparece entre
los nubarrones. Mi abuela solía decir, que si cuando el pedazo de cielo azul
que aparece después de unos días de lluvia es lo grande suficiente para meter
la cabeza, acampa. Ese pedazo ahí es tan grande que entraría fácilmente la
cabeza de un elefante. Así que por fin va a parar de llover.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES"> El
sol sale con cierta timidez. Pero es una timidez fingida. Fingida como el “no gracias
“de las chicas al invitarlas a comer un pastel; porque están a dieta. Así como
ellas devoran pastel y torta al saberse solas, así quema el sol en pocos instantes.
Como si nunca hubiera habido cielo gris. Despiertan algunas aves y cantan; pero
también despierta la gente de su letargo y enchufa las radios, enchufa los
equipos de sonido…. Y chau silencio.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES"> Salgo
a caminar. A dar una vuelta. No tengo ganas de cocinar. Es cerca del medio día
pero nadie parece darse cuenta. Todos retoman sus trabajos. Martillea el
herrero sus varillas, atornilla el mecánico las tuercas y la almacenera atiende
a los chicos que sobre la hora van a comprar una porción de carne, tres huevos,
dos tomates y un cuarto de galletas.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES"> Sigo
caminando, tomo la siguiente cuadra. La lluvia aquí se volvió torrente,
llevando consigo todo lo que encontró en su camino. Limpias están las calles de
San Juan; las calles. La basura estará atascada en algún alcantarillado,
transformando el entorno en una laguna. Allí donde ese torrente de agua sucia
tuvo que desviar un montículo de escombros, la veo. Es una tuerca. Una tuerca
vieja, herrumbrada. Pero se quedo encima; se negó al torrente que la iba
empujando hacia el basural, hacia el final de la nada. Es una tuerca hermosa.
Lleva incrustada en su centro redondo un canto rodado blanco. La incrustó la
fuerza del agua; esa fuerza constante que pule, arrastra, empuja y con la arena
lija. Pulida está la superficie del canto rodado que en su último instante de
humedad, resplandece como una perla preciosa.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES"> Me agacho y la levanto. Levanto esa tuerca y
la observo de cerca. Parece una joya. Una joya rara, única. La meto en el
bolsillo de mi pantalón Pampero. La llevaré a casa, y conmigo la guardare…….</span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES">Janina Bradler</span></div>
</div>
Janina Bradler (Joana)http://www.blogger.com/profile/11440203627384730594noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3932102043992597485.post-75151568709246657752013-12-27T21:00:00.000-03:002013-12-27T21:00:11.401-03:00Caapucú<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiYwwv_idooiA31jFr5Vu19sR_Hjf720A-avpVK8H10xgbByZp-Yv044Z0WBv2ruzi6wmlV74kjXhnJFRYVKYwV3unmhXgNducgonyq35Qpmpa1u1Twfmu6MMnkRBPIV7sHD67PR6OwdjA_/s1600/Erste+Woche+Farmer+SA+(15).jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiYwwv_idooiA31jFr5Vu19sR_Hjf720A-avpVK8H10xgbByZp-Yv044Z0WBv2ruzi6wmlV74kjXhnJFRYVKYwV3unmhXgNducgonyq35Qpmpa1u1Twfmu6MMnkRBPIV7sHD67PR6OwdjA_/s320/Erste+Woche+Farmer+SA+(15).jpg" width="320" /></a></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES;">Caapucú<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES;">Contemplaciones primeras<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES;"> Campos
abiertos, no tan abiertos. Dando un giro de 360 grados, hay cordilleras
boscosas que sobraron de algún cataclismo de hace millones de años. Entre
escasos 50 cm de tierra, los arboles hacen malabarismos con sus raíces, aferrándose
a la mas ínfima grieta, elevando sus ramas torcidas por el eterno viento del
norte. En ellas habitan los cuervos, las garzas y las cigüeñas y muchas otras
aves acuíferas que visitan los esteros en los meses primaverales cuando parvas
lluvias transforman el polvo en señeros lodazales. Cuando cesan los aguaceros,
ellos se van y quedan los cuervos, eternos vigilantes de los animales
moribundos o indefensas reses recién nacidas con sus debilitadas madres;
siempre están al acecho, feos como la muerte que a picotazo limpio reparten.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES;"> Al
atardecer cuando ya el sol desaparece detrás de la arboleda lejana, teñida de
añil pastel, el pastizal del campo toma un color ocre-dorado. Las palmeras
mecen sus largas hojas en el viento con destellos plateados y los caminos
arenosos, blancos, rosados, polvorientos, se pierden en la bruma vespertina. Es
una paleta de colores que sacia al alma anhelante de belleza después de una
jornada laboriosa cuando el sol cenital chamusca a la gente, a los animales y a
las plantas. Bienvenida es entonces la brisa que abanica las gramillas y
refresca las sienes del peón que con la última luz del día vuelve, a lomo de su
caballo y en compañía de su perro, desde campo adentro. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES;"> Desde el
punto de vista geológico, esa región puede que sea de suma importancia,
despertando curiosidades, dando lugar a conjeturas marcianas, a debates
precámbricos, paleozoicos, mesozoicos y cuanto más haya descubierto y nombrado
la ciencia. Pero simplificando todo se puede decir cifrada- y lacónicamente:
aquí abundan las piedras y falta el agua. Así de simple. Ah, pero hay quien
dice que dicen que agua no falta; dicen que miento. Y hasta quiero creerlo. Al
costado del camino, un terraplén que cruza el estero, canales recogen el agua
que filtra incesantemente desde las profundidades. Toneladas de piedras ya se
trago el estero. Basta que un vehículo pesado se detenga y ya se forman los
pozos por donde brota y burbujea el lodo negro, brillante y voraz. Se traga la
tierra seca, se traga las piedras y se tragaría a todo lo que se quede el
tiempo suficiente para poder devorarlo. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES;"> ¿Agua?
Ah. Sí, hay agua. Me olvide.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES;"> Hay agua de estero que se reduce a un limo de
olor repugnante en época de sequía. Hay agua con sabor a mar; encerrado hace
miles de años entre capas precámbricas. Agua amarga y salada. Hay agua
cristalina que emana en caudales retrecheros de algún pozo artesiano de cientos
de metros, con sabor a hierro, saborizada con azufre como si brotara
directamente del Hades de la antigua Grecia. Y el ser humano se agacha, ahueca
las manos para recibir en ellas aquel preciado licor que da vida y Mephisto
trisca los brazos con su risa diabólica ahuyentando con un zangoloteo del rabo
a la nubecilla tímida que intentó redimir con su tenue llovizna la desilusión
humana.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES;"> Desde las profundidades del tajamar, cubierto de camalotes, emerge la
cabeza de un yacaré, declarando suyo el agua que celosamente habita con su prole.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES;">Hay agua, pero agua, agua no hay.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES;"> A la
madrugada, antes que el viento se levanta, resuenan los coros de los Carayás
desde los montecillos. Los machos de las distintas hordas que habitan las
isletas, compiten por la merced de las hembras y por su propia valía. Ante sus
voces que crecen y amainan en un ritmo parejo, empalidecen los mejores tenores
del mundo. Dicen que, cuando cantan los monos se avecina un temporal. Pero creo
que no lo saben los monos, y tampoco lo sabe el temporal.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES;"> Cuando
despierta el viento, se callan los monos. Entre las ráfagas que despeinan las
gramillas van como perdidos los mugidos de las vacas y el balido de la majada.
Ellos sí desentonan. Algunas desafinan
como una soprano anciana que trata de reavivar sus días de gloria en
algún palco que ya no existe. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES;"> Los
perros, la cola en alto, trotan expectantes detrás de los vaqueros. En el campo
abierto encontrarán perdices, gallinetas y roedores. El día promete. El viento
trae fragancias lejanas. Cosquillea en las narices. Estornudan los caballos,
estornudan los perros. Puede que uno de ellos al atardecer no vuelva. Puede que
haya sido víctima de una yarará. Puede ser cualquiera de ellos; uno de los
canes, un peón o un caballo. La Parca, con sus manos escuálidas, echa la suerte
todos los días en esos lugares recónditos. Pero la Parca pierde, en la mayoría
de los casos.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES;">Janina Bradler<o:p></o:p></span></div>
</div>
Janina Bradler (Joana)http://www.blogger.com/profile/11440203627384730594noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3932102043992597485.post-16067095311293326072013-09-28T18:06:00.000-04:002013-09-28T18:06:38.628-04:00Karaí Octubre<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgzL8o-kU_HwBb7u0Mh92ig45qnwj9GcAZB9DSgYelucjxFOuwyx6jubRhsjNizlpPBldPvGoPvAXqlu7z3Xnmq1MZ7l5gI8zwDCOiOA6XuC_RF8FCRYI4RCHWN2pTa_FDIYFrVHT9mSH0l/s1600/Karai+Octubre+60+x+80.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgzL8o-kU_HwBb7u0Mh92ig45qnwj9GcAZB9DSgYelucjxFOuwyx6jubRhsjNizlpPBldPvGoPvAXqlu7z3Xnmq1MZ7l5gI8zwDCOiOA6XuC_RF8FCRYI4RCHWN2pTa_FDIYFrVHT9mSH0l/s320/Karai+Octubre+60+x+80.JPG" width="320" /></a></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 16.0pt; line-height: 115%;">Y el viento
me hablaba…..</span><span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"> Esta mañana el cielo amaneció
nublado. Una brisa fría del Este juguetea con las hojas de los árboles y
penetra entre las rendijas de ventanas y puertas. Asomo la nariz por la puerta
entreabierta y la vuelvo a cerrar. Nada agradable. Preparo el mate. No me
estira hacer mi caminata hoy. Me envuelvo en mi poncho y mate en mano, salgo a
la terraza. ¿Por qué siempre ese viento incómodo? pienso, lanzándole una mirada
indignada al polvo y las hojas secas que cubren el piso de layotas coloniales.
Un remolino agarra mi poncho que se me lía por el brazo y casi se me cae el
mate al suelo. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"> -Carámba- digo. -¿No puedes dejar de
soplar, viento loco?- Escucho algo así como una risa burlona, un silbido que
desaparece por la esquina de la casa. Es el viento.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"> -¿Cómo?- pregunto. -¿Acaso me
escuchas? Entonces, puedes parar de soplar. Estás insoportable. Me llenas la
casa de polvo, hoy estás frío y no sirves para nada.- La repuesta a mi
indignación es una ventolera que casi parece disfrutar de mi enojo. De pronto,
el viento se calma.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"> -¿No vas a salir hoy?- pregunta,
jugando suavemente con los flecos de mi poncho que es más bien una ruana,
abierta por el frente.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"> -¿Salir a caminar?- respondo. –No
gracias, con esas ráfagas heladas, ni pensar.-<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"> -Pero, ayer también caminaste. Ayer
también estuve y no me hiciste caso.-<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"> -Es que ayer había sol-, respondo.
El viento resuella como un caballo que está dispuesto a romper en galope. Me
causa gracia y me río. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"> -Vámonos- dice, estironeándome el
poncho. –Hoy te acompaño, o tú me acompañas, como quieras. Pero larga ya este
mate por hoy. Se hace tarde y no tengo mucho tiempo.-<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"> -¿De qué tiempo me hablas?-
pregunto, mientras guardo el mate y cambio el poncho por un abrigo con capucha.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"> -Ah- me responde el viento. –Noto
que no sabes nada acerca de mis obligaciones. Eres igual que todos los demás
humanos. O me maldicen o imploran y lloran mi ausencia cuando mi amigo, el sol,
les regala calor. Vamos, tengo mucho que contarte y de mostrarte.-<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"> Cierro la puerta y allá vamos. El
viento juega con las hojas, levanta polvo y silba entre las ramas.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"> -Vamos por aquí- dice y susurra
entre la paja de maíz que cubre los sembrados. Entre marlos y algunas espigas
olvidadas, brotan tímidamente los primeros tallos de la soja. Una perdiz se
levanta en vuelo, lanzando su peculiar gorjeo de alarma. No la vi, me asusto y
mi compañero se ríe en bufidos. Ahora sopla con calma, despeinando suavemente a
su paso a un joven eucalipto que le responde con una ráfaga aromática de sus
hojas largas, finas y plateadas. El terreno se inclina hacia un arroyito. No se
lo ve, solo se escucha el murmullo y chapalateo del agua. En las coronas de los
árboles cantan palomas del bosque su monótona melodía y de cuando en cuando se
desliza una ratonera entre el denso ramaje del matojo que bordea las
plantaciones.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"> De pronto el viento aumenta. Entra
con brío al matorral y vuelve, tratando de originar remolinos, queriendo
levantar la paja de maíz y el pasto seco.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"> -Te falta el sol- le digo y agarro
una pajita seca que logró levantar al aire, tirándomela en son de juego.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"> -Veo que sabes algo de la
naturaleza- me dice, despeinándome con picardía. –Es cierto lo que dices. Sin
el calor del sol es difícil hacer remolinos. Eso solo lo saben hacer mis
hermanos grandes que viven en las aguas del Caribe.-<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"> -No me hables de esos huracanes- le
digo. –Son terribles, hacen mucho daño y se cobran tantas vidas, año tras año.-<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"> -Nadie le obligó a los humanos a
asentarse en esas regiones- es la respuesta lacónica, casi indiferente, de mi
camarada del camino y luego agrega: - soy orgulloso de esos hermanos míos. Son
majestuosos, casi omnipotentes. Y tengo muchos; muchos hermanos y a la vez,
cada uno de nosotros tiene un gemelo. En otros pagos traen lluvia, allá son
anticipe de grandes sequías, del frío o del calor.-<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"> Parece un chico soberbio, altivo.
Arranca unas hojas verdes en un arrebato de jactancia, pero enseguida se calma
y con voz sandunguera me pregunta si no he notado cierta diferencia desde que
salimos.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"> -¿Diferencia en qué? – le pregunto.
–Está todo igual, el cielo sigue cubierto, tu vas soplando de la misma manera…-
De repente me envuelve un aire más
cálido, casi suave. No es aquel viento frío del amanecer. Detengo mi andar para
despojarme del abrigo.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"> -¿Lo notas ahora? Ya sientes calor,
jajaja…. Humanos….. En balde te quejaste hoy a la mañana del viento frío…
¡Pahhh! Pero ya te dije, no sabes nada acerca de mí.- <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"> Mientras el viento me habla, doblo
el abrigo y retomo el caminar. El me rodea en círculos juguetones.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"> -¿Sabes porque ahora estoy
tibiecito?- me pregunta y sin esperar respuesta, prosigue: - Permíteme que me
presente- Casi literalmente veo como hace una reverencia, se quita el sombrero
y soltando un soplón, dice: -Soy el Viento Norte, Karaí Octubre como me llaman
aquí en Paraguay- -Mucho gusto- respondo. –Pero eso ya lo sabía. Lo que me
extraña es que hoy estás, o estabas frío.- -Ha,ha,- se ríe el viento. –Eso es,
porque en horas tempranas me acompaña mi hermano del Este. Ahora se fue a
descansar. Nosotros, los vientos, obedecemos a leyes milenarias. Como ya te
dije, somos muchos hermanos. Aquellos del Caribe por ejemplo…- Lo interrumpo
bruscamente. – No me sigas hablando de esas tormentas. Son avasalladoras. No
respetan nada, destruyen todo. ¿Qué gracia les causa la destrucción?-<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"> El viento no me responde. Zarandea
los gajos, tuerce arbustos pequeños y se reconcentra como un tigre que está al
acecho. Estamos atravesando ahora un bosquecillo de Eucaliptos. De pronto el
aire está saturado de sonidos; retumbos, murmullos, silbidos y susurros. Viene
de lejos, va aumentando y rompe en un mugido como el de lejanas olas.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"> -¡Cierra los ojos!- me grita el
viento. -¡Ciérralos y siente el sinfonismo que reina en la naturaleza! Ustedes
siempre buscan sinónimos. Aquí tienes uno, soy el sinónimo del agua. ¡Escucha!-
Obedezco y me quedo quieta. Tiene razón.
Son olas, olas del mar. Rompientes que se quiebran en las rocas, en la arena de
la playa. Se alejan, vuelven, en un ritmo harmonioso.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"> -Ahora ven al otro lado del camino.
¿Ves aquel pinar? ¿Quieres escuchar otra de mis melodías?- Le sigo y entro a la
penumbra de ese bosque de pinos. El aroma es único; fresco, limpio. Y allá en
lo alto el viento comienza su cadencia con un Piano; luego sigue un Andante,
terminando en un Fortissimo Crescendo. No suena igual al de los Eucaliptos, no
son olas. Es un retumbo continuo como el de una gran cascada de agua.
Ininterrumpido, incesante. Me dejo llevar por esos sonidos y el aroma. Hasta me
olvido del viento, el artífice de estos instantes maravillosos, y de aquellos
hermanos, los huracanes, de los cuales éste Karaí Octubre está tan orgulloso.
Pareciera que mi amigo leyó mis pensamientos. Va desciendo y a la par, la
melodía del pinar se acalla. Ahora el viento me habla en susurros.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"> -Acá, en éstos países del hemisferio
sur, voy cargado de calor y aire seco. Por eso me atribuyen muchas cosas.- Da
unas cuantas vueltas, aplastando el pajonal que crece en la bajada. - Pero son
cuentos de viejas- dice algo indignado, dándole unos puntapiés a un viejo y
olvidado sombrero que va a parar al medio de la calle de tierra colorada.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"> -Dicen que traigo enfermedades, que
las personas enloquecen cuando soplo en noches de luna llena. Es mentira. La
gente se enferma porque vive desnaturalizada. Se alimenta mal, ya no soporta
las inclemencias del tiempo. Si hace frío, ya no sale y si hace calor, viven a
merced de aquellos aparatos que ustedes llaman de aire acondicionado.
¿Acondicionado a qué? Si lo natural siempre fue y será mejor que todo aquello
inventado por el hombre. Y con respecto a los dementes; bueno, esas personas no
soportan escuchar mis melodías; mis cuentos de tierras lejanas. Por donde paso,
recojo misceláneas, anécdotas, versos, historias. Desde miles de años. Solo
aquellos que saben escuchar, que saben oír entre susurros, no enloquecen,
crecen y maduran.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"> Se me hace que mi amigo comienza a
polemizar; no estoy del todo de acuerdo con él, pero no digo nada. Al rato,
sigue hablando.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"> -Cuando te dije que no tenía mucho
tiempo, me refería a que en algunas horas debo llegar al sur. ¿Recuerdas los
brotes de soja allá en los bajos? Necesitan agua. Y es por eso que estoy a
camino, desde ayer. Mi hermano allá ya me espera y volveremos juntos. Le ayudo
a traer las nubes pesadas, cargadas de agua y de energía eléctrica; tan
importante para la tierra. Al volver, como entenderás, mis ráfagas estarán
cargadas de Espinillo helado. Por eso aquí nadie le quiere a mi hermano, el
viento sur. A mí me pasa lo mismo allá en el hemisferio norte. Allí soy frío, amenazante
y hostil. Bueno, esos son los atributos que me regaló la humanidad. Soy ajeno a
todo eso, al igual que todos nosotros, los vientos. Tan solo obedecemos
órdenes. Órdenes del Universo. Ah, y están también mis hermanas, las brisas.
Ellas son suaves, a veces frescas, otras veces muy cálidas. De ellas hablan los
poetas, los románticos. Las enaltecen, las colorean según lo necesitan. Pero el
verdadero hombre se ríe de las brisas. Para él, no cuentan. Somos nosotros los
importantes, los vientos, las tormentas. Siempre fuimos útiles. Y seguimos
siéndolo. El hecho de que a veces arrasamos con todo y no hay amarre que nos
contenga, no es culpa nuestra. La humanidad va diezmando aquello que nos gusta,
aquello que se vuelve nuestro instrumento, aquello que tiene la bravura y el
coraje de oponerse a nuestra fuerza: el bosque, los árboles. Ven, te lo
muestro.-<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"> Bajamos caminando la calle de tierra
colorada. En la zanja, donde cruza un arroyo, se plantó una parcela de trigo.
El viento toma aliento y el trigal se agita. Ondean y flotan las espigas,
formando remolinos y remansos. Fluyen las briznas como en torrentes y las
espigas forman crestas que suben y bajan como si fueran olas del océano. Me
quedo un rato a observar el espectáculo mareante. Luego subo la cuesta y el
viento viene conmigo. Me siento en una piedra y puedo ver el camino,
serpenteando entre trigales, bosques y pajonales. Cuando decido volver, el
viento me acompaña. Por momentos jugueteando en el suelo, luego sube,
despeinando los arboles, silbando y cantando. Siento que va ganando fuerza y
recuerdo la canción que dice “y voy con el viento a mi favor”. Graciosamente me
va empujando cuesta arriba. Cuando llego a casa, el viento se despide con un
último rugido entre los altos gajos de los nogales en el patio.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"> -Recuerda-, me dice, - cuando hoy al
medio día ya no me sientes, es porque llegué al sur. Nos vemos dentro de
algunas horas. ¡Adiós!-<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"> -Adiós-, le digo. En lo alto ondean
las copas de los árboles, cantan la melodía impuesta por el viento que se va. El
cocotero extiende sus hojas largas, como diciéndole adiós con su fronda. Ojala
que no vuelva con tanta bravura, queriendo imitar a sus adorados hermanos del
Caribe. Lluvia mansa si, tormenta…. No gracias. Adiós Karaí Octubre………..<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<br />
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Janina
Bradler<o:p></o:p></span></div>
</div>
Janina Bradler (Joana)http://www.blogger.com/profile/11440203627384730594noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3932102043992597485.post-30936650436910660482013-09-05T22:11:00.000-04:002013-09-05T22:11:38.278-04:00Que es un autor<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<div class="MsoNormal">
<span lang="EN-US"> </span>Un artífice, un creador. Causante,
cometedor, hacedor: todo eso es un autor. Y autores existen desde que la
humanidad inventó el arte de expresarse mediante símbolos, dibujos,
jeroglíficos y más tarde con las letras como las conocemos hoy. Creo que cada
ser humano llega a ser autor de algo en
un momento dado de su vida. Lamento que la ciencia que estudia las letras,
muchas veces, en vez de inspirar y dar alas al aprendiz, lo obliga a aprender a
ser un autor en base a dogmas y enseñanzas tradicionales, aburridas y
obsoletas. </div>
<div class="MsoNormal">
La
música, la fotografía, el cine y el software obedecen a una idea. Y esa idea
nace en aquella persona que llamamos autor, narrador, cuentista.</div>
<div class="MsoNormal">
En la
Edad Media el término autor era prácticamente el sinónimo de autoridad; pienso
que fue así, porque en aquellos tiempos, el derecho de escribir o crear algo
era el privilegio de unos pocos que tuvieron la suerte (por nacimiento o adquiriéndola
por astucia) de poder estudiar. Demás esta mencionar que en aquel tiempo la
participación en la literatura y en las artes por parte de las mujeres, era
casi nula. (De eso se ocupó con creces la Iglesia Católica.)</div>
<div class="MsoNormal">
En
algunos círculos literarios se hace una diferencia entre el autor y el cuentista.
El autor escribe el texto, mientras que el narrador cuenta la historia. El
cuentista se vuelve una instancia, creada por el autor.</div>
<div class="MsoNormal">
En la
actualidad hay autores y narradores, ya sea de novelas, literatura técnica o poemas
de gran estética y belleza; de ensayos y narraciones estilizados y
sobrecargados, como granos de arena tienen las playas del mundo. Tal vez, y esa
es una opinión muy mía, anterior a nuestra era computarizada los autores
sobresalieron con sus obras por calidad y no, como hoy, por cantidad. Editar,
lanzar un libro, era todo un tema. Hoy, escribo algo, lo subo a Internet y ya
esta: soy autor/a. Lo presento en un blog, lo subo a fb y al instante está
dando la vuelta al mundo. Autores así, hay miles. Creadores de los Powerpoint
que circulan en la red; también son autores. </div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
¡Ah! Y no sabría decir cómo protegerme, o
proteger cosas de mi autoría, de plagios, de los copiones. ¿Con señal de agua?
¿Textos en pdf? No creo que Internet sea una manera segura y confiable para
editar un libro o hacer conocer lo que artísticamente hacemos y creamos, si no
queremos que alguien se lo lleve y le plasme su propio sello y nombre.</div>
<div class="MsoNormal">
Yo
pinto cuadros. Oleos. Tengo algunos publicados en Artelista, una página web,
que da la oportunidad de promocionar lo que uno crea. Otros en una página
paraguaya, Portal Guaraní. ¿Pero seguridad? No hay. La profesora de un
instituto de arte de mi ciudad, encontró un cuadro mío que le gustó. Lo bajó de
Internet, lo imprimió y se lo dio a sus alumnos para que lo copien. Así de simple.
Estoy consciente de que no puedo defenderme de eso, pero lo que critico, es la
ausencia total de la ética, moral y profesional. Si ya tienen que bajarlo de
Internet por falta de otras alternativas, me gustaría, que por lo menos,
mencionen el nombre del autor; trátese de un texto, una cita o la fotografía de
un cuadro. Pero como hay tantas obras en la red, accesibles a quien tenga
computadora e Internet, es como si ya no se le da el mismo valor ni el respeto
como antiguamente. ¿Por qué gastar dinero en comprar un libro si lo puedo bajar
gratis de Internet?</div>
<div class="MsoNormal">
Creo
que, a pesar de todos los avances tecnológicos (o tal vez justamente por eso)
el creador o inventor de hoy tiene las mismas guerras que combatir, los mismos
obstáculos que superar como sus colegas del pasado. Al menos, si es un creador
serio, celoso de su obra; un artífice de la pluma, del cincel o de pinceles; un cometedor y causante de indescriptibles
sensaciones entre aquellos que leen, aquellos que ven con los ojos del alma: un
autor.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<br />
<div class="MsoNormal">
Janina Bradler</div>
</div>
Janina Bradler (Joana)http://www.blogger.com/profile/11440203627384730594noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-3932102043992597485.post-68079685908886808982013-08-03T16:58:00.000-04:002013-08-03T16:58:01.353-04:00Una historia que no es Historia<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<div class="MsoNormal">
Asunción,
domingo, uno de Agosto del 2004. En Villa Elisa la familia Ortiz se estaba
preparando para ir a visitar a una tía en el barrio Santísima Trinidad. Iban ir
todos. Doña Manuela de Ortiz y su esposo Pedro discutían aun lo del almuerzo,
cuando su yerno, Carlos, dijo que él se encargaría de eso, comprando algo de
comida lista del supermercado grande. Su señora, Gloria, termino de peinar a la
hija y dándole los últimos toques al moño del vestidito verde de la niña, se
acordó de la fecha: ¡hoy era el uno de Agosto! El día del tradicional <i>Carrulín</i>. ¿Era el verde mate del vestido
que le hizo recordar ese viejo clasicismo paraguayo? Ella no lo sabía, pero
salió al jardín a buscar una ramita de ruda.</div>
<div class="MsoNormal">
-¡Mama!-
le grito Gloria a Doña Manuela que ya estaba sentada en la camioneta. -¿Dónde está
tu planta de ruda que siempre tenias aquí en ésta maceta? Quiero preparar el <i>carrulin</i> para llevarlo a lo de la tía; así
lo tomamos todos juntos.-</div>
<div class="MsoNormal">
-No se
mijita- dijo Doña Manuela bajándose de la camioneta. –Creo que se me secó. Pero
podemos pedirle a mi vecina. ¡Qué suerte que te acordaste! Mira, que ni tu
padre pensó en eso hoy.-</div>
<div class="MsoNormal">
Las dos
mujeres salieron a la calle para ir a la casa de la vecina. Don Pedro y su
yerno se encogieron de hombros, resignados a esperar. –Mujeres- murmuraron.
Como si fuera que no podían comprar ruda por ahí… Pero si Gloria se había propuesto
algo, no paraba antes de obtenerlo. Así
que, Don Pedro volvió a entrar a la casa para buscar la botella con caña que
siempre estaba en el aparador del comedor. Estaba vacía. Bueno, comprarían una
en el supermercado.</div>
<div class="MsoNormal">
Las
mujeres volvieron, satisfechas con la ruda en mano. -¿Y la caña?- pregunto
Gloria al marido. –Termino- respondió Carlos. –Pero no te preocupes, compro una
botella en el super.-</div>
<div class="MsoNormal">
-No,
no- dijo Gloria con vehemencia. –Voy aquí nomas a la despensa, quiero llevarlo
pronto a lo de la tía.- Y a pesar de las protestas de los demás, agarro su
bolso y volvió a salir. Tardo un montón, porque había mucha gente en el Almacén
de Don Nicolás, y cuando por fin volvió con su botella de caña, ya eran casi
las diez de la mañana. Gloria machaco la ruda en un morterito de palo santo
mientras que su padre, rezongando, cortaba los limones. La niña y la abuela ya
esperaban en la camioneta y Carlos les apuraba a su esposa y al suegro.</div>
<div class="MsoNormal">
-Vámonos
ya, que tengo que comprar la comida de ida- dijo en tono impaciente. –Primero
pasamos por lo de la tía- repuso Gloria rotundamente. –Tomamos todos el <i>carrulin</i> y luego nos vamos a buscar la
comida.- ¿Cómo oponerse a tanta terquedad? Carlos suspiro y fue a ocupar su
lugar detrás del volante. </div>
<div class="MsoNormal">
Por fin
salieron. El transito era fluido y en poco tiempo llegaron a Santísima
Trinidad. La tía los recibió sonriente: con seis copitas y una botella con <i>carrulin</i>. Entre risas y comentarios sobre
el tiempo perdido en busca de ruda y caña, brindaron por la salud de todos, por
los parientes y amigos lejanos. Carlos seguía de mal humor, apretujando por ir
en busca de la comida porque se hacía tarde. –Todo por tu culpa Gloria- dijo
enojado. –Y para mas, tu tía ya tenía preparado el famoso <i>carrulin</i>.- Gloria ni respondió. Conocía el mal genio de su marido y
prefirió callar. </div>
<div class="MsoNormal">
-Traigan
algo de pasta también- dijo la tía, –que allí lo preparan muy rico-
entregándoles una fuente para la pasta y otro recipiente para el asado. Ella no
quería los envases de plástico. Decía que le cambiaban el sabor a la comida. </div>
<div class="MsoNormal">
La nena
también quiso ir; por los postres y
porque sabía que algo el papá le compraría. Ella sabia como manejar a su padre
y siempre se salía con la suya.</div>
<div class="MsoNormal">
-Como
le gusta a la gente quemar la basura- dijo Gloria indignada, subiendo la
ventanilla del vehículo. -Deberían prohibirlo, es tan molesto.- Su esposo
asintió.El humo se hacía cada vez más denso. Carlos, nervioso, tocó la bocina;
había mucha gente en la calle y cada vez aumentaban. Corriendo, cruzando la
calle sin mirar, gesticulando y gritando. ¿Algún accidente que aglomeraba a los
curioso? Pero no, fue otra la razón por la cual cundió el pánico. ¡Era fuego!</div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
Cuando bajaron de la camioneta, el guardia de seguridad del supermercado
cerraba las puertas de acceso. Grandes puertas de vidrio, pesadas, y por
dentro, gente atrapada. Desde afuera las personas tiraban piedras, tratando de
romper el vidrio. Pero éste resistía. Parecía que esas puertas, terribles
aliados de la codicia del dueño de ese local, se burlaban de los gritos y de la
desesperación.</div>
<div class="MsoNormal">
Gloria,
Carlos y la niña quedaron atónitos frente a lo que sería la peor tragedia en
Paraguay. Volvieron a lo de la tía como en trance. Nadie pensó ya en comer. Las
mujeres se santiguaron, murmurando plegarias en voz baja y Gloria, muda, no
podía dejar de mirar la botella con el <i>carrulin</i>
que ella había preparado. Le parecía que a la botella le iban creciendo alas y
que de a poco se transformaba en una tenue imagen de un ángel salvador. El
fuego se había iniciado exactamente cuando ellos habían llegado a la casa de la
tía. ¿Qué hubiera sido de ella, de la niña y de su esposo si no preparaba
aquella botella antes de salir?</div>
<div class="MsoNormal">
Gloria
hoy es mi amiga. Ella me conto esa historia que no es historia. El recuerdo de
aquel día aun sigue vivo en cada paraguayo.......... ¿Y la justicia? Quedo con
los ojos vendados, muda……</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Gracias
Gloria por ser terca…. Y gracias por ser hoy mi amiga……… y para todos aquellos
que no conocen el <i>carrulín: es caña a la
cual se le pone ruda y limón. Es una tradición paraguaya tomar un traguito el
primer día de Agosto para ahuyentar los males; parecida a la tradición andina,
en el día de la Pachamama.<o:p></o:p></i></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<br />
<div class="MsoNormal">
Janina Bradler</div>
</div>
Janina Bradler (Joana)http://www.blogger.com/profile/11440203627384730594noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3932102043992597485.post-86465987940920328132013-07-03T15:40:00.000-04:002013-07-03T15:40:06.384-04:00El rosario de marfil <div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg2f-ksuG-2idool3Sb1rHTa2URzhpg58osyNRjTX3mVFVvoyLuJAynaLJH451D_dTWS4gMEL-fvL5or_tE-JCkeJK5R41LjG3DhR5l2JPTzxPEWvAWtbPRBvaVhgUUPUsKEK6OF-qdMhbo/s1600/Parque+Caballero.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg2f-ksuG-2idool3Sb1rHTa2URzhpg58osyNRjTX3mVFVvoyLuJAynaLJH451D_dTWS4gMEL-fvL5or_tE-JCkeJK5R41LjG3DhR5l2JPTzxPEWvAWtbPRBvaVhgUUPUsKEK6OF-qdMhbo/s320/Parque+Caballero.JPG" width="239" /></a></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="DE"> </span><span lang="ES">Con el tercer canto del gallo, Martín Orue
se levanto. Hoy seria su gran día. Hoy iría a la ciudad por primera vez. No era
una ciudad cualquiera, no. Era una ciudad fronteriza, una ciudad convergente de
tres fronteras. Comercial, bulliciosa y aventurada. Martín Orue estaba lleno de
expectativas. El hecho de que le llevaría casi un día entero en llegar a su
destino, tomando tres colectivos diferentes, aumentaba aun más sus esperanzas.
¿Quien sabe, si allí, durante el viaje no encontraría a personas interesantes?
¿Quizás un compañero con las mismas ambiciones, o tal vez una mujer
interesante? “Cuídate de las mujeres de la ciudad,” le había dicho su madre, la
vieja Apolonia, viuda de Orue. “Las mujeres allí son diferentes, no son buenas.”
“Y vuelve para la semana santa”, agrego luego.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES">Martín se reía bajito al recordar las palabras y las preocupaciones de la
madre. Mientras sacaba agua del pozo para lavarse la cara, parecía escuchar su
voz, aquella voz algo quejumbrosa que
daba las indicaciones de buenos modales a su hijo menor, antes de que este se
aventurara a salir de la casa, del pueblo, donde toda su familia vivía por
generaciones. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES"> Martín era el último de los hijos de
los Orue. Los siete hermanos; tres mujeres y cuatro varones, se habían casado,
ya tenían familia. El del medio, José, era el eterno quebranto de la madre. Y
las pocas veces que había tenido un trabajo decente para mantener su mujer y
los tres hijos, fue una lechada de cal para su oficio predilecto: el abigeato.
Todos los estancieros en la redonda ya habían sido sus victimas, pero José
“trabajaba” con astucia; siempre regalaba carne a los mas pobres de la villa,
al comisario, al jefe de <st1:personname productid="la Seccional" w:st="on">la
Seccional</st1:personname> en el pueblo y hasta a veces, un buen trozo para
asado le llegaba a Don Colman, el acopiador y dueño del almacén mas grande. De esa manera,
José conseguía coartadas y la vista gorda de la policía y, para el pesar de la
viuda Orue, Martín admiraba las hazañas del hermano y sus artimañas. Tal vez
por eso, ella no objeto en contra del viaje de Martín a la ciudad, apoyándolo
hasta con bastante dinero que José, benevolentemente le solía regalar; dinero
que ella jamás uso, porque decía que era sucio. Lo único que ella si usaba
siempre, también un regalo de José, era un rosario de marfil. Ese rosario José
le compro en Buenos Aires, la única vez que trabajo fuera del país, de forma
legal y decente.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES"> Cuando Martín llego a la ciudad
fronteriza, se quedo maravillado con el espectáculo que a diario esta ciudad
despliega con su transito alocado, los innumerables mesiteros que ofrecen sus mercaderías,
el incesante ir y venir de turistas y compradores extranjeros. Nada tenia de
parecido esto con la placidez aburrida de su pueblo; aquí, en esta ciudad,
reinaba la omnipotente deidad del dinero, la codicia y la ambición. Aquí el encontraría
con toda seguridad un trabajo del cual su madre podía estar orgullosa y con el
dinero que el ganaría, bien podría competir por fin con José, su hermano, que
siempre dejaba entrever que el era el único que le obsequiaba regalos costosos
a la madre, las hermanas y hermanos. Generalmente eran cosas innecesarias y en
vez de instalarle a la mama un sistema de agua corriente para facilitarle la
vida, le llevaba perfumes y santos. También le regalo una cocina a gas, pero
nunca le volvió a llenar la garrafa, y cuando el gas termino, la cocina fue a
parar debajo del alero de paja y en su horno anidaban las gallinas. Todo eso
recordaba Martín mientras observaba atónito las transitadas calles.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES"> Los bocinazos y el ruido de los
motores le mareaban, pero estaba feliz. Pronto entablo una conversación con un
hombre que le pareció confiable. Un cambista que durante algunos minutos venia
observando al muchacho, barajando rápidamente sus posibilidades de ganarse un
extra con ese joven. Con avidez se percato de que era carne nueva, nunca lo había
visto por allí y toda la expresión del muchacho delataba su naturaleza de
novato. Con una sonrisa jovial le estrecho la mano, le dio unas palmadas de
camarada en el hombro y a pocos minutos a Martín le pareció conocerlo desde
siempre. El cambista le ofreció mostrarle un departamento en uno de los barrios
mas alejados del centro y Martín acepto. Acepto el precio de alquiler del
apartamento, las cervecitas frías que le ofreció el cambista y finalmente se
hizo socio de el, entregándole el resto del dinero que tenia. El cambista lo esperaría
al día siguiente en el lugar donde horas antes se habían conocido y Martín ya podía
sentir entre los dedos los billetes que se deslizaban, sentía el olor del dinero
y entre los velos de cerveza que le iban nublando la vista, antes de caer en
profundo sueño, vio la cara feliz de su madre y escucho las voces de los
hermanos que le felicitaban por sus logros.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES">Martín jamás volvió a encontrar al cambista. Ni sabia el nombre y a los
otros cambistas de la zona, su búsqueda desesperada les resulto graciosa. Entre
risas y burlas Martín deambulaba entre ellos, hasta que uno le dijo que deje de
fastidiar y que se busque un trabajo. ¡Un trabajo! ¡Claro que si! Si para eso
el había venido. La palabra trabajo despertó en el nuevas esperanzas y empezó
con la batida. Ya bien avanzado el día y con el estomago retorcido del hambre, Martín
se desplomo sobre un banco de hormigón. Había golpeado muchas puertas, hablo
con tanta gente, vio tantas cosas, tanta gente trabajando, descargando,
cargando cajas con electrónicos que el nunca había visto antes, pero trabajo,
trabajo no consiguió. En su cabeza giraba un remolino de pensamientos de culpa,
de miedo y de frustración. Un chipero que pasaba con su canasta casi vacía, debió
haber visto la desesperación en la mirada del joven y le regalo un chipa. Martín
murmuro un “muchas gracias” y con el primer mordisco que trago, trago también
la amarga experiencia de ser objetivo de caridad de otra persona.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES">Al atardecer volvió al departamento. Cabizbajo y desecho, sin trabajo y con
hambre, se acerco a la puerta, buscando en sus bolsillos la llave cuando de
pronto una voz chillona le arranco de su enajenación. Frente a el, una mujer
gorda y vestida de rojo, las manos apalancadas en la cintura, lo miraba de
arriba para abajo, haciendo una mueca despreciativa. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES">“Así que vos sos el nuevo inquilino”, dijo finalmente y luego le estrecho
la mano abierta y con tono de comandante de cuartel ordeno:<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES">“Dame la llave”. Martín deposito con dedos temblorosos la llave en aquella
mano reclamante y luego retrocedió unos pasos. Esa mujer lo asustaba. La de
rojo se volvió para abrir la puerta y antes de que Martín pudo preguntarse a si
mismo que era lo que ella pretendía, volvió a escuchar la vos comandona:<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES">“Apúrate y saca tus cosas, ese apartamento ahora es mío” y con un gesto
imperioso invito a Martín a acatar la orden. La protesta de este se le murió en
los labios ante tanta autoridad y asustado como un conejo cazado por un perro,
entro y junto sus maletas, saliendo a las corridas. La risa fragorosa de aquella mujer siguió en sus oídos
por varias cuadras, hasta que finalmente llego al mismo banco de hormigón donde
ya había estado al medio día. Pero ahora ya casi nadie estaba en la redonda.
Los mesiteros desaparecieron como por arte de magia. Montones de basura y de
cajas vacías de cartón o isopor colmaban
las veredas y algunos perros hambrientos, igual que el, husmeaban entre los
desperdicios que a lo largo del día tiro la gente. Ni remotamente este panorama
recordaba al de la tarde anterior, cuando Martín piso por primera vez el
pavimento de aquellas calles y veredas. Y ni remotamente el ánimo de Martín era
el mismo como el del día anterior. Resignado, usando su maleta como almohada, Martín
se acostó en el banco duro y frío. Un perro se le acerco, olfateándole la mano
que aun tenía aroma de chipa y con un suspiro hondo Martín le dio una palmada
en la cabeza;<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES">“Quizás mañana, vos y yo, tengamos mas suerte”, dijo en voz baja y luego
cruzo los brazos por debajo de la cabeza y encandilado por las luces de neon de
los grandes paneles de propaganda y de la luz de los faroles, cerro los ojos
cansados y afiebrados. –O tal vez mañana vuelvo a casa- pensó, antes de caer en
un sueño inquieto y azorado.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES">Varias semanas pasaron y Martín encontró changas aquí, changas allí y de
cuando en cuando un compañero de trabajo lo invitaba a pasar la noche en su
casa y así podía dormir, si bien no en una cama, pero por lo menos en un colchón
tirado al piso. Otras veces una mujer vestida de rojo compartía un colchón con
el, pero luego desaparecía y después venia otra. Y si nadie le ofrecía lugar
para dormir, pasaba las noches en su banco de siempre, acompañado por los
perros que ahora que Martín tenía un poquito de dinero, siempre recibían de sus
manos algún resto de comida. Al anochecer ya lo esperaban y lo saludaban
alegres, luego se echaban al suelo alrededor del banco, como velando el sueño
de su amo, callejero como ellos.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES"> Las cosas cambiaron cuando Martín conoció
a un muchacho que en horas de la noche descargaba contenedores. Se hicieron
amigos, y al poco tiempo Martín también
descargaba camiones y contenedores en el centro de la ciudad cuando ya todos
los negocios estaban cerrados y las calles estaban vacías. Muy pronto Martín aprendió
y como los otros, reservaba clandestinamente una que otra mercadería para
venderla al día siguiente en las calles, a un precio bastante inferior al de
los negocios. Recibía su salario regularmente, compro ropas, un celular y en
cuanto pudo, cambio su banco de hormigón por un apartamento bonito en los
suburbios de la ciudad.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES"> De su gente el no sabia nada. Si
bien sabia que José tenia un teléfono celular, el desconocía el numero o no lo
recordaba. Así que se quedo con las ganas de querer saber algo de su familia, o
tal vez ni quiso saber. Junto algún dinero y cuando se aproximo la semana
santa, decidió ir a visitar a su madre. Aquel Martín, que meses atrás llego a
la ciudad con cara de novato, embelesado por el
bullicio y el neon, desapareció entre las garras de un despiadado
destino. Pero como el ave fénix, que renace de las cenizas, también Martín renació.
Se hizo fuerte, habilidoso y actuaba con astucia. La venta de las cosas robadas
le dejaba un buen saldo todos los días. Y mujeres gordas, vestidas de rojo,
nunca más lo intimidaron. A veces recordaba los consejos de la vieja Apolonia y
un ribete de remordimiento se quería apoderar de el. Pero Martín no permitió que esas sensaciones se prolongaran
y poco a poco iban cesando, desapareciendo por completo y también desapareció
su benevolencia que solía tener con los perros y que durante algunos días le
seguían esperando al atardecer, al lado del banco de hormigón.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES">Martín experimentaba orgullo cuando recorría con la vista las cajas
apiladas con electrónicos que guardaba en su habitación. También había
perfumes, prendas de vestir y calzados. De entre estas últimas cosas eligió
algo para la madre, las hermanas y en especial para José y emprendió el viaje
de regreso a su pueblo. Cerró muy bien la puerta, con candado adicional y todo,
no sin antes esconder las cajas debajo de la cama y debajo de la mesa que
estaba cubierta con un gran mantel floreado.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES">Era Jueves Santo cuando llego al pueblo. Al bajarse del colectivo, se topo
con una fila interminable de gente que le seguía caminando a un féretro negro,
adornado con rosas y orquídeas blancas de seda, igual a las flores que el a
veces descargo de los camiones en medio de la noche. Entre las personas el llego a reconocer a
algunas y quiso saludar, pero los ojos llorosos con sus miradas de reproche
silenciaron su boca. Intrigado le pregunto a un chico que vendía golosinas en
la parada del micro.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES">“Murió la vieja Apolonia de <st1:personname productid="la Villa" w:st="on">la
Villa</st1:personname>”, contesto el muchachito, limpiándose los mocos con el
dorso de la mano porque estaba tremendamente resfriado. “La viejita murió ayer,
después de ver las noticias en la tele de su hijo José. No se bien lo que paso,
pero dicen que ella reconoció a otro hijo suyo que vivía en la frontera y ahora
lo busca la policía porque dicen que robo muchas cosas.” El chico quería seguir
contando, orgulloso de poder informarle al extraño, pero ya Martín no lo
escuchaba. Agarrando un atajo que conocía desde niño, cruzo casi corriendo el
campo y llego exhausto a la casita donde el y la madre vivieron los últimos
años. En el umbral de la puerta lo esperaban los hombres uniformados y los
paquetes que Martín llevaba en las manos se cayeron al suelo. La vista se le
nublo de lágrimas y cayo sobre rodillas. Allí, en el suelo, medio cubierto de
polvo y arena, estaba tirado el rosario de su madre, el rosario de marfil y el
lo agarro con las dos manos, como queriendo encontrar en esa reliquia amparo y
consuelo. Cuando le esposaron los policías, de sus dedos entrelazados colgaba
el crucifijo y el metal frío rozo sus dedos.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES">La ciudad amaneció con el bullicio de siempre. Una fina llovizna caía en
blancos velos y difusamente se veían las siluetas de los edificios en la pálida
luz de la madrugada. Martín se despertó lentamente; todo el cuerpo le dolía de
frío y humedad. Uno de los perros dormía acurrucado a su lado, encima del banco
de hormigón y la hebilla de su viejo collar le raspaba la muñeca.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<br />
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES">Janina Bradler<o:p></o:p></span></div>
</div>
Janina Bradler (Joana)http://www.blogger.com/profile/11440203627384730594noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3932102043992597485.post-3080378160284922792013-06-26T09:55:00.000-04:002013-06-26T09:55:18.103-04:00<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhBDq0K4xUT33esfK95dkEnEUhPpRXFNYgfOrCkyfGtzmCPEGMuLR1R4fgNa914FnJ6jp9legFsJayi8sQ25W9-u7msJwKYhRYsX7lLjX_yN0oNxSaS5dMpzpy9Y098ybMokhWQXPDp4gHg/s1600/carnicero.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhBDq0K4xUT33esfK95dkEnEUhPpRXFNYgfOrCkyfGtzmCPEGMuLR1R4fgNa914FnJ6jp9legFsJayi8sQ25W9-u7msJwKYhRYsX7lLjX_yN0oNxSaS5dMpzpy9Y098ybMokhWQXPDp4gHg/s320/carnicero.jpg" width="320" /></a></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Don Ramón<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"> Un hombre de mediana estatura. De
una edad no tan bien definida, si bien algunas canas en las sienes y unas pocas
arrugas alrededor de sus ojos cuando sonríe, demuestran que ya no es un
jovencito. Pero siempre alegre, siempre servicial y atencioso.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"> Lo conozco desde hace ocho años. Con
su postura humilde detrás del mostrador de la sección de los cárnicos en un
pequeño supermercado, lo vi por primera vez. Toda su apariencia irradiaba
pulcritud e higiene. Los paños, con los que limpiaba el cuchillo cada vez que
cortaba un trozo de carne requerido por un cliente, blancos y limpios. Los
cambiaba a menudo. Y si nadie compraba carne, Don Ramón estaba sumamente
ocupado en desarmar y limpiar la sierra o el molino de carne. Aunque lo tuviera
que volver a usar enseguida. Y nunca contestaba con un –no hay- Siempre
encontraba algo con que satisfacer a su clientela. Recomendando un corte nuevo,
una carne de oveja recién llegada o un pernil de cerdo, jugoso y apetitoso.
Nosotras, las amas de casa, llevábamos muchas veces algo que en un principio no
habíamos tenido en mente. Y bueno, entonces, en vez del estofado, el guiso o la
milanesa, para el medio día había un pernil dorado al horno o una salsa
suculenta, hecha con la carne molida fresca y de primerísima calidad; molida
sobre la hora por Don Ramón.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"> El supermercado cerro, después de
algunos años. La competencia con un gigante que abrió una sucursal a poca
distancia, hacían imposible y obsoleta la subsistencia del pequeño local. En
una euforia, todos los habitantes de la zona invadían el nuevo supermercado que
ofrecía prácticamente de todo. Abierto hasta altas horas en la noche e incluso sábados,
domingos y feriados, atraía a las masas con ofertas especiales, productos
exóticos del lejano oriente y con la facilidad de poder pagar con todas las
tarjetas de crédito que el mercado local ofrece.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"> El pequeño supermercado donde
trabajaba nuestro amigo, se transformo en un restaurante que vende comida por
quilo. Y Don Ramón, en una esquina que fue apartada para ese fin, seguía
vendiendo carne. Con la misma amabilidad de siempre, pero con el semblante
mucho menos feliz. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"> Al poco tiempo, el restaurante
necesitaba de aquel espacio que ocupaba la carnicería y Don Ramón desapareció
con él. Los pormenores no me son familiares y seguramente tampoco a tantos
otros que formaban su clientela. Ahora todos íbamos al supermercado grande;
hasta incluso, la carne era mucho más barata. ¡Qué suerte la nuestra! Las cosas
no estaban como para no apreciar la oportunidad de adquirir la misma calidad en
cárnicos y embutidos por menor precio. Pero…. ¿era realmente la misma calidad?
Al principio, si. La calidad buena, el precio bueno, la atención buena. Que más
se podía pedir.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"> Pero como en muchos de los casos,
cuando un negocio empieza a dar
rentabilidad, la eficiencia del personal y la calidad de los productos tienden
a decaer. Aquí no fue distinto. Una vez formada una clientela segura, ya la
carne no era la misma. Y sin mencionar la falta de higiene que se hace sentir
cuando se guarda la carne por algunos días en el refrigerador y adquiere un
olor y sabor desagradable. ¿Vieron la mosca que baila su danza fecunda entre
los cortes de costilla? <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"> Las verduras muchas veces
marchitas y la panadería incapaz de ofrecer una calidad constante y buena. En
las góndolas faltaban cada vez más las exquisiteces que en un principio
atrajeron al público y más de una vez, el sistema fallaba y no aceptaba las
tarjetas de crédito. También la atención y/o reacción de las cajeras dejó mucho
que desear. Y no tan solo de ellas. Los muchachos de la sección de carnes, las
chicas que atienden la fiambrería: o son pocas o son desinteresadas. A veces
hay tres, cuatro, cortando carne, empaquetando quesos y jamón, mientras hay una
fila de diez o más personas esperando. ¡Eso sí, esperando con una paciencia
angelical! Acá en Paraguay nos falta aprender a reclamar…<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"> Y si por desventura alguien quiere
comprar carne molida a las diez de la mañana, un –no hay- seco y desentendido
por parte de los muchachos, afilando sus cuchillos, es la respuesta. Y… por las
dudas, ¿no podrían hacer el favor y moler un quilo o dos? La respuesta es clara
y contundente: -Ahora no hay señora- Pero, como dije: no protestamos, no
hacemos escándalo, no defendemos nuestro derecho de consumidor. Porque eso somos. Consumidores. Ya no somos clientes a
los cuales se les conoce por el nombre. A los cuales se les pregunta cómo anda
la familia, el trabajo, el perro. Y entonces nos damos la media vuelta y nos vamos,
porque diagonalmente frente al gran supermercado esta la solución para casos
como este. En un local que ya vio transitar por sus cuatro paredes un sinfín de
establecimientos como una heladería, una boutique, una tienda, abrió sus
puertas la carnicería de Don Ramón. Y allí está él de vuelta. Con su sonrisa de
siempre, con su inigualable capacidad de ofrecer y vender. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"> -¿Carne molida? Pero claro que sí. Y
aunque no tuviera molino, ¡a cuchillazo limpio se lo prepararía señora! ¿Cuánto
puede ser?<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"> Y allí estamos, todas las amas de
casa de vuelta, seducidas por el trato y por los cortes de carne de Don Ramón,
el Carnicero de Ley.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Joana<o:p></o:p></span></div>
</div>
Janina Bradler (Joana)http://www.blogger.com/profile/11440203627384730594noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-3932102043992597485.post-89146574419526540332013-06-21T19:58:00.001-04:002013-06-21T19:58:57.099-04:00<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj984ijaITgVRrt65FsyPFfspawd8JtpLSkreXW04Sg57UptvmuZFOWQieJOZUHiw_b_Dp3s13HYoIpbeV_I9WiOhPBmJHI3Sa-mH0HhJmKpnnXgu4PJNVc-7hjoCmRba2JEET7Sc2dHIi2/s1600/images.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj984ijaITgVRrt65FsyPFfspawd8JtpLSkreXW04Sg57UptvmuZFOWQieJOZUHiw_b_Dp3s13HYoIpbeV_I9WiOhPBmJHI3Sa-mH0HhJmKpnnXgu4PJNVc-7hjoCmRba2JEET7Sc2dHIi2/s1600/images.jpg" /></a></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES;">Reflexiones al margen de los hechos<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES;"> Leyendo
las publicaciones en las redes sociales acerca de los actuales tumultos en el
Brasil, me sorprende lo desatinadas que son ciertas personas que con su grito “Revolución”
concitan a las masas. Los que aguijonean con refranes, santo y seña, son
generalmente aquellos que están bien acomodados y muchas veces hasta muy
alejados de los hechos o quizás hasta están viviendo en otros países.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES;"> Si bien
es una cruda realidad de que tanto en ese país, como en tantos otros en el
mundo entero, la educación, la salud y el bienestar social sufren un tremendo
déficit, también es una realidad que sediciones de esta índole muchas veces
tienen un trasfondo netamente político. Y, sin querer presumir o hacerme de la
entendida, en la mayoría de los casos el sufrimiento de un pueblo es
aprovechado para alcanzar un objetivo que nada tiene que ver con mejorar
específicamente la insatisfacción de la
nación; pero aquellos que claman por justicia y mejoras, se sienten apoyados
por algún movimiento, alguna corriente política y pronto se suman los
necesitados y humillados. Triste es que también se suman los agitadores, los
ignorantes y los oportunistas que a veces ni siquiera saben el porqué de la
protesta; son simplemente simpatizantes del alboroto, holgazanes que se hacen
pasar por defensores de los débiles.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES;"> Y esas
masas furibundas, casi enajenadas son tratadas, por fuerza mayor, como
criminales porque lastimosamente se comportan como tales. Cunde el pánico, el
vandalismo y el saqueo. Esto ya no tiene nada que ver con la idea principal que
movilizo a un sector de un pueblo en el principio. Y aquellos que tienen la
palabra revolución en la punta de la lengua, bueno, yo diría que se la traguen.
¿Cuánta sangre fue derramada en todo el mundo y a lo largo de la historia de la
humanidad? ¿Cuánto sufrimiento generaron las revoluciones sangrientas que
siempre surgieron a raíz del descontento de un pueblo? Y siempre fue el pueblo
que pagaba el tributo. Un tributo alto. Y una secesión de todo aquello que representa
a un pueblo sano y fuerte. Y esto a veces por muchos años.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES;"> Con
respecto a las protestas en Brasil yo pregunto: Y por acaso, esa oportunidad
que tiene ese país en ser el anfitrión de dos de los eventos deportivos más
importantes del mundo, ¿No traerá beneficios a grandes sectores de la población?
Por ejemplo las grandes empresas constructoras y en consecuencia una demanda
importante de mano de obra; la hotelería y el turismo, la gastronomía por
nombrar algunas. Aparte de que infraestructuras como estas, que son necesarias
para eventos de tamaña envergadura, no acaban con los juegos. Siguen allí.
Pero, como dije anteriormente, es una opinión mía. No quiero politizar, ni
acusar. Simplemente pregunto.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES;"> Y
recuerdo un hecho que ocurrió hace unos años en el condominio donde vivo. En un
momento dado se presento una gran oportunidad: La Copa Davis se llevaría a cabo
en nuestra comunidad. Eso
implicaba grandes cambios en la infraestructura a nivel del club, la hotelería,
la seguridad etc. Sin embargo ese sueño se trunco por culpa de algunas personas
que, sin visión del futuro, alegaron un sinfín de reparos y contras; en primer lugar: el gasto y la
seguridad. Y la mayoría, sin pensar, indagar o informarse, se ciñeron a la
misma puntuación. Pero, ¡oh sorpresa! Aquellos gastos tan temidos como también
la implantación de un sistema sofisticado de seguridad ya estaban elaborados y
subvencionados en su totalidad por grandes empresas del mercado local. Las
lamentaciones póstumas no cambiaron la realidad: La Copa Davis se jugó en otro
país y sobró la conmiseración propia. Ojala no le ocurra algo semejante al
vecino país.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES;"> Y para
finalizar, una última pregunta y quizás la de mayor trascendencia: ¿Cómo es
posible, que en un país como el Brasil, cuna de grandes astros en el firmamento
deportivo, patrocinador por excelencia de todo tipo de deportes y ejemplo
destacado en hospitalidad y atención al turista, el pueblo se levanta en contra
de aquello que mundialmente es un privilegio febrilmente anhelado por tantas
naciones? <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<br />
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES;">Joana</span><span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><o:p></o:p></span></div>
</div>
Janina Bradler (Joana)http://www.blogger.com/profile/11440203627384730594noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3932102043992597485.post-86606379566890962582013-06-19T15:56:00.000-04:002013-06-19T15:56:21.517-04:00<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES">Corceles de
espuma<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES">Eternamente<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES">galopan corceles<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES">de blanca espuma<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES">azotando la arena,<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES">las rocas oscuras,<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES">rocían las
piedras <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES">dejando sus
versos<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES">en la azulada
cinta <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES">de la playa
serena.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES">Olas estruendosas<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES">en un vaivén<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES">enfurecido<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES">cabrillean las
crestas<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES">con salada ira.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES">Bravean y rugen<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES">de tiempos
vividos<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES">- y olvidados -<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES">de tiempos
aquellos que<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES">aun no lejanos,<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES">sintieron los
pasos,<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES">oyeron las odas<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES">y todas las
estrofas<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES">del Canto General.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES">Poemas, baladas,<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES">infinitas obras<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES">de esa pluma
inmortal.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES">Los corceles de
espuma<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES">de Isla Negra<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES">en galope eterno<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES">perpetúan poemas.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES">Llevan los versos<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES">en efervescencia;<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES">transportan<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES">la esencia<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES">de Pablo Neruda.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<span style="text-align: left;">Janina Bradler</span><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi1Lf8z80fR0iLkhlscq3uSjndOP9bzG7rHwWvO-52-qezESTZoxtSlHvzl2tlttN5oQtigroZPB_7NeFI_uE7u4738TFHMOW-yE6tgomMQoZCYIZGEtxehCO1gO_zpqFvOCZIimLKkA5jw/s1600/SAM_3209.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi1Lf8z80fR0iLkhlscq3uSjndOP9bzG7rHwWvO-52-qezESTZoxtSlHvzl2tlttN5oQtigroZPB_7NeFI_uE7u4738TFHMOW-yE6tgomMQoZCYIZGEtxehCO1gO_zpqFvOCZIimLKkA5jw/s320/SAM_3209.JPG" width="320" /></a></div>
<br /></div>
Janina Bradler (Joana)http://www.blogger.com/profile/11440203627384730594noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3932102043992597485.post-77878658848065870212012-11-30T17:29:00.001-03:002012-11-30T17:29:12.262-03:00"En los cerros del Ybyturuzu" oleo sobre lienzo<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiWXP0bdnZnfrxqQQM626bQhFbwuw0HJnQ2026RAull5fPxtWwhbCPTUerRJmfgYZy0TFnLqB3UhM8Fc8N6NGm1VWz6ED9gSIS3dJfQVkntRaymAm0XvSHwb9Dyuj8uXBTaz_aLWIUerihY/s1600/En+los+cerros+del+Ybyturuzu.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiWXP0bdnZnfrxqQQM626bQhFbwuw0HJnQ2026RAull5fPxtWwhbCPTUerRJmfgYZy0TFnLqB3UhM8Fc8N6NGm1VWz6ED9gSIS3dJfQVkntRaymAm0XvSHwb9Dyuj8uXBTaz_aLWIUerihY/s320/En+los+cerros+del+Ybyturuzu.JPG" width="320" /></a></div>
<br /></div>
Janina Bradler (Joana)http://www.blogger.com/profile/11440203627384730594noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3932102043992597485.post-35952854256536685392012-11-30T17:23:00.000-03:002012-11-30T17:23:47.162-03:00"A la salida del Pueblo" oleo sobre lienzo<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjQ5h73RPpuBdrjahRFqm0-KauQETI_CxFdKzseY7pqmjKuKV8591dsiC33yGa1mtstS7-auve43GLmGcNY0UJmY1Stu1wSlZOXuJNuLVfyFU5f-PaxhbZ_Uqz2jYNLxN8OrE_rA1VwIRtE/s1600/A+la+salida+del+Pueblo.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjQ5h73RPpuBdrjahRFqm0-KauQETI_CxFdKzseY7pqmjKuKV8591dsiC33yGa1mtstS7-auve43GLmGcNY0UJmY1Stu1wSlZOXuJNuLVfyFU5f-PaxhbZ_Uqz2jYNLxN8OrE_rA1VwIRtE/s320/A+la+salida+del+Pueblo.JPG" width="320" /></a></div>
<br />
<div class="MsoNormal">
El Rosario de marfil</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES">Con el tercer canto del gallo, Martín Orue
se levanto. Hoy seria su gran día. Hoy iría a la ciudad por primera vez. No era
una ciudad cualquiera, no. Era una ciudad fronteriza, una ciudad convergente de
tres fronteras. Comercial, bulliciosa y aventurada. Martín Orue estaba lleno de
expectativas. El hecho de que le llevaría casi un día entero en llegar a su
destino, tomando tres colectivos diferentes, aumentaba aun más sus esperanzas.
¿Quien sabe, si allí, durante el viaje no encontraría a personas interesantes?
¿Quizás un compañero con las mismas ambiciones, o tal vez una mujer
interesante? “Cuídate de las mujeres de la ciudad,” le había dicho su madre, la
vieja Apolonia, viuda de Orue. “Las mujeres allí son diferentes, no son buenas.”
“Y vuelve para la semana santa”, agrego luego.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES">Martín se reía bajito al recordar las palabras y las preocupaciones de la
madre. Mientras sacaba agua del pozo para lavarse la cara, parecía escuchar su
voz, aquella voz algo quejumbrosa que
daba las indicaciones de buenos modales a su hijo menor, antes de que este se
aventurara a salir de la casa, del pueblo, donde toda su familia vivía por
generaciones. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES"> Martín era el último de los hijos de
los Orue. Los siete hermanos; tres mujeres y cuatro varones, se habían casado,
ya tenían familia. El del medio, José, era el eterno quebranto de la madre. Y
las pocas veces que había tenido un trabajo decente para mantener su mujer y
los tres hijos, fue una lechada de cal para su oficio predilecto: el abigeato.
Todos los estancieros en la redonda ya habían sido sus victimas, pero José
“trabajaba” con astucia; siempre regalaba carne a los mas pobres de la villa,
al comisario, al jefe de <st1:personname productid="la Seccional" w:st="on">la
Seccional</st1:personname> en el pueblo y hasta a veces, un buen trozo para
asado le llegaba a Don Colman, el acopiador y dueño del almacén mas grande. De esa manera,
José conseguía coartadas y la vista gorda de la policía y, para el pesar de la
viuda Orue, Martín admiraba las hazañas del hermano y sus artimañas. Tal vez
por eso, ella no objeto en contra del viaje de Martín a la ciudad, apoyándolo
hasta con bastante dinero que José, benevolentemente le solía regalar; dinero
que ella jamás uso, porque decía que era sucio. Lo único que ella si usaba
siempre, también un regalo de José, era un rosario de marfil. Ese rosario José
le compro en Buenos Aires, la única vez que trabajo fuera del país, de forma
legal y decente.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES"> Cuando Martín llego a la ciudad
fronteriza, se quedo maravillado con el espectáculo que a diario esta ciudad
despliega con su transito alocado, los innumerables mesiteros que ofrecen sus mercaderías,
el incesante ir y venir de turistas y compradores extranjeros. Nada tenia de
parecido esto con la placidez aburrida de su pueblo; aquí, en esta ciudad,
reinaba la omnipotente deidad del dinero, la codicia y la ambición. Aquí el encontraría
con toda seguridad un trabajo del cual su madre podía estar orgullosa y con el
dinero que el ganaría, bien podría competir por fin con José, su hermano, que
siempre dejaba entrever que el era el único que le obsequiaba regalos costosos
a la madre, las hermanas y hermanos. Generalmente eran cosas innecesarias y en
vez de instalarle a la mama un sistema de agua corriente para facilitarle la
vida, le llevaba perfumes y santos. También le regalo una cocina a gas, pero
nunca le volvió a llenar la garrafa, y cuando el gas termino, la cocina fue a
parar debajo del alero de paja y en su horno anidaban las gallinas. Todo eso
recordaba Martín mientras observaba atónito las transitadas calles.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES"> Los bocinazos y el ruido de los
motores le mareaban, pero estaba feliz. Pronto entablo una conversación con un
hombre que le pareció confiable. Un cambista que durante algunos minutos venia
observando al muchacho, barajando rápidamente sus posibilidades de ganarse un
extra con ese joven. Con avidez se percato de que era carne nueva, nunca lo había
visto por allí y toda la expresión del muchacho delataba su naturaleza de
novato. Con una sonrisa jovial le estrecho la mano, le dio unas palmadas de
camarada en el hombro y a pocos minutos a Martín le pareció conocerlo desde
siempre. El cambista le ofreció mostrarle un departamento en uno de los barrios
mas alejados del centro y Martín acepto. Acepto el precio de alquiler del
apartamento, las cervecitas frías que le ofreció el cambista y finalmente se
hizo socio de el, entregándole el resto del dinero que tenia. El cambista lo esperaría
al día siguiente en el lugar donde horas antes se habían conocido y Martín ya podía
sentir entre los dedos los billetes que se deslizaban, sentía el olor del dinero
y entre los velos de cerveza que le iban nublando la vista, antes de caer en
profundo sueño, vio la cara feliz de su madre y escucho las voces de los
hermanos que le felicitaban por sus logros.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES">Martín jamás volvió a encontrar al cambista. Ni sabia el nombre y a los
otros cambistas de la zona, su búsqueda desesperada les resulto graciosa. Entre
risas y burlas Martín deambulaba entre ellos, hasta que uno le dijo que deje de
fastidiar y que se busque un trabajo. ¡Un trabajo! ¡Claro que si! Si para eso
el había venido. La palabra trabajo despertó en el nuevas esperanzas y empezó
con la batida. Ya bien avanzado el día y con el estomago retorcido del hambre, Martín
se desplomo sobre un banco de hormigón. Había golpeado muchas puertas, hablo
con tanta gente, vio tantas cosas, tanta gente trabajando, descargando,
cargando cajas con electrónicos que el nunca había visto antes, pero trabajo,
trabajo no consiguió. En su cabeza giraba un remolino de pensamientos de culpa,
de miedo y de frustración. Un chipero que pasaba con su canasta casi vacía, debió
haber visto la desesperación en la mirada del joven y le regalo un chipa. Martín
murmuro un “muchas gracias” y con el primer mordisco que trago, trago también
la amarga experiencia de ser objetivo de caridad de otra persona.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES">Al atardecer volvió al departamento. Cabizbajo y desecho, sin trabajo y con
hambre, se acerco a la puerta, buscando en sus bolsillos la llave cuando de
pronto una voz chillona le arranco de su enajenación. Frente a el, una mujer
gorda y vestida de rojo, las manos apalancadas en la cintura, lo miraba de
arriba para abajo, haciendo una mueca despreciativa. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES">“Así que vos sos el nuevo inquilino”, dijo finalmente y luego le estrecho
la mano abierta y con tono de comandante de cuartel ordeno:<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES">“Dame la llave”. Martín deposito con dedos temblorosos la llave en aquella
mano reclamante y luego retrocedió unos pasos. Esa mujer lo asustaba. La de
rojo se volvió para abrir la puerta y antes de que Martín pudo preguntarse a si
mismo que era lo que ella pretendía, volvió a escuchar la vos comandona:<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES">“Apúrate y saca tus cosas, ese apartamento ahora es mío” y con un gesto
imperioso invito a Martín a acatar la orden. La protesta de este se le murió en
los labios ante tanta autoridad y asustado como un conejo cazado por un perro,
entro y junto sus maletas, saliendo a las corridas. La risa fragorosa de aquella mujer siguió en sus oídos
por varias cuadras, hasta que finalmente llego al mismo banco de hormigón donde
ya había estado al medio día. Pero ahora ya casi nadie estaba en la redonda.
Los mesiteros desaparecieron como por arte de magia. Montones de basura y de
cajas vacías de cartón o isopor colmaban
las veredas y algunos perros hambrientos, igual que el, husmeaban entre los
desperdicios que a lo largo del día tiro la gente. Ni remotamente este panorama
recordaba al de la tarde anterior, cuando Martín piso por primera vez el
pavimento de aquellas calles y veredas. Y ni remotamente el ánimo de Martín era
el mismo como el del día anterior. Resignado, usando su maleta como almohada, Martín
se acostó en el banco duro y frío. Un perro se le acerco, olfateándole la mano
que aun tenía aroma de chipa y con un suspiro hondo Martín le dio una palmada
en la cabeza;<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES">“Quizás mañana, vos y yo, tengamos mas suerte”, dijo en voz baja y luego
cruzo los brazos por debajo de la cabeza y encandilado por las luces de neon de
los grandes paneles de propaganda y de la luz de los faroles, cerro los ojos
cansados y afiebrados. –O tal vez mañana vuelvo a casa- pensó, antes de caer en
un sueño inquieto y azorado.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES">Varias semanas pasaron y Martín encontró changas aquí, changas allí y de
cuando en cuando un compañero de trabajo lo invitaba a pasar la noche en su
casa y así podía dormir, si bien no en una cama, pero por lo menos en un colchón
tirado al piso. Otras veces una mujer vestida de rojo compartía un colchón con
el, pero luego desaparecía y después venia otra. Y si nadie le ofrecía lugar
para dormir, pasaba las noches en su banco de siempre, acompañado por los
perros que ahora que Martín tenía un poquito de dinero, siempre recibían de sus
manos algún resto de comida. Al anochecer ya lo esperaban y lo saludaban
alegres, luego se echaban al suelo alrededor del banco, como velando el sueño
de su amo, callejero como ellos.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES"> Las cosas cambiaron cuando Martín conoció
a un muchacho que en horas de la noche descargaba contenedores. Se hicieron
amigos, y al poco tiempo Martín también
descargaba camiones y contenedores en el centro de la ciudad cuando ya todos
los negocios estaban cerrados y las calles estaban vacías. Muy pronto Martín aprendió
y como los otros, reservaba clandestinamente una que otra mercadería para
venderla al día siguiente en las calles, a un precio bastante inferior al de
los negocios. Recibía su salario regularmente, compro ropas, un celular y en
cuanto pudo, cambio su banco de hormigón por un apartamento bonito en los
suburbios de la ciudad.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES"> De su gente el no sabia nada. Si
bien sabia que José tenia un teléfono celular, el desconocía el numero o no lo
recordaba. Así que se quedo con las ganas de querer saber algo de su familia, o
tal vez ni quiso saber. Junto algún dinero y cuando se aproximo la semana
santa, decidió ir a visitar a su madre. Aquel Martín, que meses atrás llego a
la ciudad con cara de novato, embelesado por el
bullicio y el neon, desapareció entre las garras de un despiadado
destino. Pero como el ave fénix, que renace de las cenizas, también Martín renació.
Se hizo fuerte, habilidoso y actuaba con astucia. La venta de las cosas robadas
le dejaba un buen saldo todos los días. Y mujeres gordas, vestidas de rojo,
nunca más lo intimidaron. A veces recordaba los consejos de la vieja Apolonia y
un ribete de remordimiento se quería apoderar de el. Pero Martín no permitió que esas sensaciones se prolongaran
y poco a poco iban cesando, desapareciendo por completo y también desapareció
su benevolencia que solía tener con los perros y que durante algunos días le
seguían esperando al atardecer, al lado del banco de hormigón.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES">Martín experimentaba orgullo cuando recorría con la vista las cajas
apiladas con electrónicos que guardaba en su habitación. También había
perfumes, prendas de vestir y calzados. De entre estas últimas cosas eligió
algo para la madre, las hermanas y en especial para José y emprendió el viaje
de regreso a su pueblo. Cerró muy bien la puerta, con candado adicional y todo,
no sin antes esconder las cajas debajo de la cama y debajo de la mesa que
estaba cubierta con un gran mantel floreado.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES">Era Jueves Santo cuando llego al pueblo. Al bajarse del colectivo, se topo
con una fila interminable de gente que le seguía caminando a un féretro negro,
adornado con rosas y orquídeas blancas de seda, igual a las flores que el a
veces descargo de los camiones en medio de la noche. Entre las personas el llego a reconocer a
algunas y quiso saludar, pero los ojos llorosos con sus miradas de reproche
silenciaron su boca. Intrigado le pregunto a un chico que vendía golosinas en
la parada del micro.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES">“Murió la vieja Apolonia de <st1:personname productid="la Villa" w:st="on">la
Villa</st1:personname>”, contesto el muchachito, limpiándose los mocos con el
dorso de la mano porque estaba tremendamente resfriado. “La viejita murió ayer,
después de ver las noticias en la tele de su hijo José. No se bien lo que paso,
pero dicen que ella reconoció a otro hijo suyo que vivía en la frontera y ahora
lo busca la policía porque dicen que robo muchas cosas.” El chico quería seguir
contando, orgulloso de poder informarle al extraño, pero ya Martín no lo
escuchaba. Agarrando un atajo que conocía desde niño, cruzo casi corriendo el
campo y llego exhausto a la casita donde el y la madre vivieron los últimos
años. En el umbral de la puerta lo esperaban los hombres uniformados y los
paquetes que Martín llevaba en las manos se cayeron al suelo. La vista se le
nublo de lágrimas y cayo sobre rodillas. Allí, en el suelo, medio cubierto de
polvo y arena, estaba tirado el rosario de su madre, el rosario de marfil y el
lo agarro con las dos manos, como queriendo encontrar en esa reliquia amparo y
consuelo. Cuando le esposaron los policías, de sus dedos entrelazados colgaba
el crucifijo y el metal frío rozo sus dedos.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES">La ciudad amaneció con el bullicio de siempre. Una fina llovizna caía en
blancos velos y difusamente se veían las siluetas de los edificios en la pálida
luz de la madrugada. Martín se despertó lentamente; todo el cuerpo le dolía de
frío y humedad. Uno de los perros dormía acurrucado a su lado, encima del banco
de hormigón y la hebilla de su viejo collar le raspaba la muñeca.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<span lang="ES" style="font-size: 12pt;">Janina Bradler</span></div>
Janina Bradler (Joana)http://www.blogger.com/profile/11440203627384730594noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3932102043992597485.post-75132779893200832252012-08-03T13:53:00.000-04:002012-08-03T13:53:02.041-04:00Compañeros<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg-L0enVJ7mLMr2s6ye8XBFi2saiWRQuLKTPGcmhlrWvfGuXK4XJuUDWdz1afZJ6quIgFV9FeEpZODFWlRpjEvrvnztATEanMrnSUXmisAzM0OXLHEY1vmhCvdru3HLRn87YQIB-nYwdMp-/s1600/Compa%C3%B1eros+(2).JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg-L0enVJ7mLMr2s6ye8XBFi2saiWRQuLKTPGcmhlrWvfGuXK4XJuUDWdz1afZJ6quIgFV9FeEpZODFWlRpjEvrvnztATEanMrnSUXmisAzM0OXLHEY1vmhCvdru3HLRn87YQIB-nYwdMp-/s320/Compa%C3%B1eros+(2).JPG" width="320" /></a></div>
Una fotografía encontrada en Internet me inspiro a pintar este cuadro. Un hombre, fumando una pipa en compañía de su perro, al lado de una fogata. Espero que les guste.<br />
Oleo sobre lienzo</div>Janina Bradler (Joana)http://www.blogger.com/profile/11440203627384730594noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3932102043992597485.post-2467749896000319442012-08-03T07:31:00.000-04:002012-08-03T07:31:05.445-04:00Los ejes de mi carreta<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiHg_8sITQrvrgCVuFN7mlvZmE-rRUeF_fsy2heTLODcJ4DFsfzREROb_7hTB2zHgUiSeQpgZvjrTS1UlN4ExMIRJUb735E5rSDC8Wu1TwQcra7jteYepopmQgm3xZkPF7Nnh8k1oKbLa5u/s1600/Los+ejes+de+mi+carreta....JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiHg_8sITQrvrgCVuFN7mlvZmE-rRUeF_fsy2heTLODcJ4DFsfzREROb_7hTB2zHgUiSeQpgZvjrTS1UlN4ExMIRJUb735E5rSDC8Wu1TwQcra7jteYepopmQgm3xZkPF7Nnh8k1oKbLa5u/s320/Los+ejes+de+mi+carreta....JPG" width="240" /></a></div>
Típico paisaje de mi país; arenoso, un lapacho en flor, y un boyero que al son de los ejes de su carreta recorre los caminos; pausadamente y sin apuros. Los bueyes conocen su camino.....<br />
Oleo sobre lienzo</div>Janina Bradler (Joana)http://www.blogger.com/profile/11440203627384730594noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3932102043992597485.post-33598874104185813322012-07-01T11:36:00.000-04:002012-07-01T11:36:05.698-04:00Tropilla al sol<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh-lTTIpF_g5-5VOaNXWp9CzynV3XBHrNtjr7AxeXmn1w6Imm7KXUlboZeCj48knorz4qaTXVecSdOow6rmDjIfxjhTe2DVhlgkf05kyJGHNVr7z-p0la_TBSVXmDslBCzxzUHVvjQyPDUn/s1600/Tropilla+al+sol.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="179" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh-lTTIpF_g5-5VOaNXWp9CzynV3XBHrNtjr7AxeXmn1w6Imm7KXUlboZeCj48knorz4qaTXVecSdOow6rmDjIfxjhTe2DVhlgkf05kyJGHNVr7z-p0la_TBSVXmDslBCzxzUHVvjQyPDUn/s320/Tropilla+al+sol.jpg" width="320" /></a></div>
<br /></div>Janina Bradler (Joana)http://www.blogger.com/profile/11440203627384730594noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3932102043992597485.post-77106053799555214662012-06-27T06:50:00.000-04:002012-06-27T06:50:33.702-04:00<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<br />
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES">“Como yo lo
siento”<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES">Amo a los pueblos<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES">que me rodean<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES">-no sus
Gobiernos-<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES">Y como hija<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES">nieta, bisnieta<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES">de inmigrantes
pioneros,<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES">no me veo<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES">como reza<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES">en mi papeleo;<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES">donde consta<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES">y se subraya:<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES">Que soy<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES">Paraguaya.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES">Hoy, más que
nunca,<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES">Una ilusión mía<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES">se trunca.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES">Yo que me sentía<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES">perteneciente<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES">a tanta gente:<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES">A los pueblos,<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES">mis vecinos<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES">Brasileños,<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES">Argentinos.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES">Los Bolivianos<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES">y aun aquellos<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES">de nuestras
fronteras<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES">mas lejanos:<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES">Creí que todos<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES">tan solo somos<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES">una hermandad
americana.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES">Pero basta que
tan solo<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES">la gerencia<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES">de uno de los
pueblos<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES">quebrante<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES">el mando,<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES">mancillando<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES">la regencia de su
presidencia….<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES">-la amistad de
los pueblos<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES">ya no cuenta-<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES">Los gobiernos<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES">americanos en un
acto<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES">se levantan,<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES">formando un
pacto.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES">En acalorados,
patosos debates<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES">desgarran<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES">los endebles
lazos <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES">de la democracia.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES">Fingiendo ser
justos<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES">e infalibles<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES">dan sus opiniones<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES">insensibles<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES">y se comportan
como soldados:<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES">¡Son centinelas
no deseados!<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES">Se respaldan en algún
documento<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES">en un momento<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES">por todos
firmado.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES">El poder
gubernativo<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES">del facineroso país
altivo<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES">es masacrado y
juzgado<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES">con insultos<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES">e inculpación.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES">Y aquellos que en
verdad<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES">lo pagan<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES">son el pueblo<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES">y la nación.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES">La alevosa
marrullería <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES">desde siempre<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES">lleva el rostro
velado,<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES">y los pueblos<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES">que se creen
hermanos,<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES">están a merced<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES">de su emboscada.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES">Janina Bradler<o:p></o:p></span></div>
</div>Janina Bradler (Joana)http://www.blogger.com/profile/11440203627384730594noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3932102043992597485.post-15901737867223920752012-06-13T15:05:00.000-04:002012-06-13T15:05:31.948-04:00Reflexión<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj49FVQZ26irbPSCNmT4e4alI__Q6nREIPdvZXt2dXDjWF4FaoD379fEaoZ_wzMc48zRK_Tmn-Vte6LmhVg_9yjq6mQgelRTJCMYmK7yNoJ7Pn2M1swUuanNxqQ8OZ3v_RuQ-ee_1_tS6mn/s1600/En-vida-hermano-en-vida.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj49FVQZ26irbPSCNmT4e4alI__Q6nREIPdvZXt2dXDjWF4FaoD379fEaoZ_wzMc48zRK_Tmn-Vte6LmhVg_9yjq6mQgelRTJCMYmK7yNoJ7Pn2M1swUuanNxqQ8OZ3v_RuQ-ee_1_tS6mn/s320/En-vida-hermano-en-vida.jpg" width="320" /></a></div>
<br />
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES">En vida hermano,
en vida...<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES"> “Cuando vos te mueras, mamá,
nosotros nos volveremos ricos”, me suelen decir mis hijos. A mi pregunta, la
respuesta es elocuente: “Porque cuando mueras, tus cuadros valdrán una
fortuna”.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES"> A lo largo de la historia de
escritores, artistas y pintores; el velo misterioso de la muerte siempre tiende
a enaltecer trascendentalmente tanto a la obra como a su autor. No por último,
porque después de muerto, ni el autor, ni el pintor, ni el artista, seguirá
publicando, actuando o pintando y, efectivamente, lo último que fue publicado,
será indefectiblemente lo último. Ya no habrá más. Ya nunca. Y eso creo que es
algo irremediable. Pero, hay algo en todo esto que merece ser analizado a
fondo. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES"> El ser humano en general está sujeto
a la opinión de otros, o de los medios de comunicación. Son pocos los que
seriamente tratan de establecer una opinión propia sobre algo o alguien. Por
otro lado, hay muchos que sí lo hacen, pero luego temen de hacer público su
punto de vista en relación a cualquier cosa, por recelo “al qué dirán” y
aceptan ciegamente lo que opina y piensa la masa.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES"> Con respecto al arte y a la
literatura es lo mismo. Recién cuando un personaje conocido y respetado (no sé
porqué) nombra públicamente alguna obra, haciendo una crítica favorable, la
gente se inclina a darle oídos, a un escritor por ejemplo, que sin el parloteo
de los medios pasaría desapercibido; por más buenas que sean sus obras. Pasa lo
mismo con la pintura. ¿Cuántos pintores buenos tenemos en nuestro país, que por
falta de medios no pueden darse a conocer? Los pintores famosos de la
actualidad son muy pocos. Los demás son simples adeptos que viven entre
sombras, anhelando que algún día alguien importante de la sociedad se tropiece
con sus obras, lo elogie, y mejor todavía, lo compre. Porque si un fulano
renombrado compró o nombró un libro o una obra de arte, la cosa
gana otro tinte: el afeite de la importancia social.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES"> Muy parecido a este fenómeno que se
da cuando alguna obra es mencionada favorablemente por los medios de prensa,
ocurre cuando un escritor, pintor o artista muere. Y si la muerte es trágica, o
si el individuo en cuestión falleció aun siendo joven, más relevancia tiene.
Ahí sí, todos lo elogian, cubren su túmulo de laureles, pronuncian palabras
desgarradoras y</span><span lang="ES"> </span>recitan<span lang="ES"> epitafios que al pobre prójimo ya no le tocará
los oídos. ¿Por qué no se le dijo todo eso cuando aún estaba vivo? ¿Por qué no
se le dio la debida importancia a sus obras cuando aún había oportunidad de intercambiar ideas con aquella
mente brillante?<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES">Tratemos de loar
las obras de escritores y artistas mientras viven. Tomémonos el tiempo de leer
las publicaciones de los autores ahora; apreciemos las obras de los pintores
hoy y por su belleza, no después, cuando ya sea tarde y nuestro respeto y admiración
sea tan sólo el eco de una mención de honor póstuma.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES"> ¡En vida hermano, en vida!<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES">Janina Bradler<o:p></o:p></span></div>
</div>Janina Bradler (Joana)http://www.blogger.com/profile/11440203627384730594noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3932102043992597485.post-22337361309348860882012-05-23T15:45:00.000-04:002012-05-23T15:45:50.733-04:00Parece que fue ayer<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi-SEcqY9Klg8tv0Bh-ZP5_uIM5vIqxZBLhs43r8W1qQ56qGCUjmmjwKdEwVv3Oofl8JBMpl1JTKdQK8zfaGmQ81nYfuoNWqdeVI3fVImCL7dsurTvU_zVY8dkm-EMI5AGYRyzu41GBlq0j/s1600/Chivatos+en+Diciembre.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi-SEcqY9Klg8tv0Bh-ZP5_uIM5vIqxZBLhs43r8W1qQ56qGCUjmmjwKdEwVv3Oofl8JBMpl1JTKdQK8zfaGmQ81nYfuoNWqdeVI3fVImCL7dsurTvU_zVY8dkm-EMI5AGYRyzu41GBlq0j/s320/Chivatos+en+Diciembre.JPG" width="320" /></a></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES">Las calles del pueblo estaban transformadas en un espeso lodazal colorado
después del chaparrón estival. Era uno de aquellos aguaceros veraniegos que
caían con precisión de reloj; a las tres de la tarde. Uno de estos temporales
que se forman como de la nada y tan pronto como se desatan, también terminan y
al rato el sol caliente provoca vaharadas
que envuelven todo en la redonda con sus velos húmedos. Al fresco
aparente que había dejado la lluvia, le seguía un calor abrumador que aplastaba
el alma.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES"> Las mujeres sacaban el agua que
había entrado con el viento, inundando los aleros y zaguanes, a escobazos
limpios mientras que los chicos jugaban descalzos en los charcos que se habían
formado en el patio o en las calles. El barro rojo les salpicaba las piernas y
la ropa, dejando manchas que a veces ni a palo salían al lavar las prendas.
Pero ya la gente estaba acostumbrada a esta particularidad de la tierra
colorada del Alto Paraná y rara vez se veía una persona vestida de blanco. El
blanco estaba reservado para las novias, las quinceañeras o para un angelito. Y
lo vestían las monjas salesianas que trabajaban en la comunidad.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES"> En una de esas tardes, después del
chaparrón, casi todos los pobladores fueron a ver a un angelito. Una niñita de
apenas un año, que había muerto en el vecindario, victima del tan temido “Mal
de siete días”, En la entrada a la casa el tradicional “limpiazapatos”, un
machete viejo encastrado en dos mojoncitos de madera, servía para raspar el
lodo que a cada paso se pegaba a los pies descalzos o a los zapatos; un barro
compacto y consistente que le hacía crecer a uno varios centímetros en altura.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES"> Debajo del pequeño alero de la casa
de madera, el angelito, sentado y atado a una sillita, aguardaba en su
catafalco adornado de flores y de velas blancas a las personas que venían a dar
sus pésames y a dejar algún aporte; en dinero, en velas o en forma de
comestibles: coquitos, galletitas dulces, azúcar y yerba para elaborar el
tradicional cocido quemado que se les ofrecía a los dolientes. Cuando llegaba
alguien, las mujeres entonaban su triste llanto, todas vestidas de negro, para
luego cortar abruptamente su quejar, recayendo en el monótono canto del Santo
Rosario. Las personas se acercaban a la sillita del angelito y acariciaban las
manitas entrelazadas, pidiendo alguna gracia. En unas pocas horas mas se
cerraría el féretro, cubriendo para siempre el rostro maquillado del pequeño
angelito y todos se encaminaban rumbo al cementerio donde la niñita encontraría
su última morada. Después la vida seguiría igual. La madre de la niña, una
mujer muy joven, tendría otros hijos y la tristeza se disiparía con el
transcurrir del tiempo. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES">De vuelta a los hogares, comenzaban los preparativos para la cena,
aprovechando los últimos rayos del sol, porque cuando oscurecía, tan solo había velas para iluminar las estancias o
lámparas de kerosene. En algunos casos,<span style="color: red;"> </span>las más potentes lámparas “Aladin” o un “Sol de
Noche” que aumentaba su potencia mediante un mecanismo de presión.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES"> Casi todos los lugareños tenían, al
lado del portón de entrada, una tablita clavada a un poste, donde se colocaban
una o dos botellas vacías de caña, cerradas con un corcho hecho de un marlo.
Eran las botellas que al día siguiente, muy temprano, el lechero cambiaría por
otras, llenas de leche fresca, recién ordeñada. Pero las botellas tenían que
ser de “Aristócrata”, siendo que en éstas, de vidrio transparente, cabía
exactamente un litro. Entre muchos otros que se dedicaban a vender productos de
la chacra, había un gringo flaco de cabellos oscuros, que recorría
pacientemente las calles con su carrito tirado por una mula marrón. La mula
paraba por si sola en cada portón, conocía el recorrido a ciegas, aguantando
con estoicismo los golpes del pértigo cuando el gringo bajaba para depositar
las botellas o para pesar unos quilos de mandioca con la vieja romana a
resorte. Porque él no sólo repartía leche, también llevaba mandioca o frutas de
estación; como naranjas o mandarinas.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES">En el mercado, bien en el centro del pueblo, desde muy temprano el
movimiento era intenso. Las mujeres ofrecían verduras y frutas mientras que la
sierra y el cuchillo del carnicero trabajaban sin cesar. Frente a él, una larga
fila de amas de casa y alguna que otra
niña con platos enlozados en mano, esperaban su turno para llevar al
hogar el pedazo de carne: la porción para un día. Un ritual que se repetía a
diario, pues nadie tenía heladera como para guardarla de un día para el otro.
Las tradicionales fiambreras servían sólo para almacenar las galletas, el tarro
con la leche hervida, la mandioca y algún resto de comida, salvaguardándolo de
las hormigas y de las moscas.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES">Alrededor del mercado, unos pocos almacenes de ramos generales abrían sus
puertas, ofertando los productos que vendían. Enseres para la casa y el campo,
yerba, galletas, fideos, harina, azúcar y arroz a granel. Las mujeres usaban
sus bolsones de compra donde se guardaban las cosas, envueltas en papel blanco
o gris que muchas veces durante el regreso a las casas se rajaba, esparciendo
su contenido entre las demás cosas que estaban en el fondo del bolsón. Cargar
con las compras no era tarea fácil, y muchas veces se volcaba la botella de
aceite o se resbalaba la carne del plato, llegando a la cocina rebozado de
barro o polvo colorado.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES">Los domingos todos iban a la misa. No por último, para alcanzar el famoso
“kuatia”, firmado por el Pa’i, para poder retirar las provistas de <st1:personname productid="la C£ritas" w:st="on">la Cáritas</st1:personname>: Leche y huevo en
polvo y un queso de un color amarillo oscuro que era una exquisitez. Llevando
ese papelito con la firma tan codiciada, se conseguían hasta cinco litros de
aceite. Con esto, los huevos y la leche en polvo, la tortilla de todos los días
estaba asegurada. La gente formaba filas interminables para recibir los aportes
y era un festín para grandes y chicos. En aquella época no se conocían las
bolsitas de polietileno que hoy en día
emplastan las calles y el empedrado porque todo el mundo las tira, ni
bien llegan a la casa y el viento se encarga de transportarlas por los aires
como pandorgas infladas; en aquellos días las mujeres llevaban bolsones y en
ellos transportaban las compras o lo que sea.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES">Otra originalidad de aquella época era el macatero. ¡Ay, que fiesta cuando
llegaba! A pie o al lomo de un caballo, iba
de casa en casa, trayendo en sus maletas abarrotadas hasta lo
inimaginable. Ropa, maquillaje, perfumes, ungüentos, hebillas, hasta ollas y
sartenes, hilos, agujas y cortes de tela
para pantalones o vestidos. Entre manteles y sabanas se encontraban medias y
cordones, rosarios y velas. Cuando vaciaba sus bultos, posaba entre sus
riquezas, digno de un mercader persa en un gran bazar oriental.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES">Un día a la semana se hacía “Minga”. Los hombres trabajaban en grupos,
limpiando terrenos o cavando pozos con el lema: “Hoy por mi, mañana por ti”,
así de simple. Y las mujeres se reunían en <st1:personname productid="la Seccional Colorada" w:st="on"><st1:personname productid="la Seccional" w:st="on">la Seccional</st1:personname> Colorada</st1:personname>
para elaborar manualidades y a coser.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES">Con el pasar de los años los viejos almacenes cedieron, dando paso a
modernos supermercados; donde antes funcionaba el Gran Mercado, hoy por hoy,
una plaza invita a descansar en sus bancos bajo la sombra de una tupida
arboleda. La casa de la antigua Administración fue derribada y en su lugar una
moderna edificación hoy es el Centro Cultural. El antiguo Centro de Salud, una
construcción de rudas tablas, se transformó en un imponente edificio con varios
aleros y dependencias. Frente a él, donde un bosque tupido cubría toda la
manzana, se levanta orgulloso un templo y un gran colegio. Las calles
asfaltadas soportan un incesante tránsito vehicular y flamantes semáforos
regulan el tráfico de autos, camiones, motos y transportes escolares.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES">El gringo que antes repartía sus productos frescos con su carrito mulero,
hoy es uno de los grandes terratenientes del lugar y recorre el pueblo, a pesar
de su avanzada edad, manejando su vehiculo que tiene mucho mas caballos de
fuerza que su carro de antaño. La madre de aquel angelito, juega con sus nietos
y ya nadie realiza trabajos en “Minga”. Todos trabajan para si en ese pueblo
que fue arrollado por el progreso y por la era cibernética, transformándose en
una ciudad de neón.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES"> Carteles luminosos, tiendas modernas y
restaurantes destacan el demodé del
entorno. Pasaron más de cuarenta largos años y sin embargo…… Parece que fue
ayer<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES">Janina Bradler<o:p></o:p></span></div>
</div>Janina Bradler (Joana)http://www.blogger.com/profile/11440203627384730594noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3932102043992597485.post-71910583618981644642012-05-20T09:49:00.000-04:002012-05-20T09:49:17.633-04:00La Burbuja<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgKum-4AfLZT_sxQ6grGwO-WDQxjsMgp8xCPgQXAjKZxbnvE3erjW-BGxOCv78nay06FlE_dFiJ5nuzCtLItuKfHMQrrd8h3JMPphv8Lv792at-eqymURJDGqU_AkDe3eefSwXrYJ90pL9b/s1600/Burbuja_by_mzorotov.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="243" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgKum-4AfLZT_sxQ6grGwO-WDQxjsMgp8xCPgQXAjKZxbnvE3erjW-BGxOCv78nay06FlE_dFiJ5nuzCtLItuKfHMQrrd8h3JMPphv8Lv792at-eqymURJDGqU_AkDe3eefSwXrYJ90pL9b/s320/Burbuja_by_mzorotov.jpg" width="320" /></a></div>
<br />
<div class="MsoNormal">
<st1:personname productid="La Burbuja" w:st="on"><span lang="ES">La Burbuja</span></st1:personname><span lang="ES"> <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES">La casa duerme su sueño de abandono y misterio. El césped, prolijamente
cortado del lado de ambos vecinos, en contraste abismal con el jardín
abandonado que rodea al caserío amarillo con sus ventanales ciegos de suciedad,
polvo y telarañas. En el garaje se encarroñan dos vehículos cubiertos de tierra
y de los excrementos de las aves, que encontraron aquí un refugio nocturno. Los
autos ya fueron el blanco de algunos chicos que durante el día se aventuraron
en invadir la propiedad inerme a golpe de pedradas. Los vidrios rotos de
algunas ventanas y los parabrisas rajados, lo evidencian al igual que algunos graffiti
que demuestran el repudio y el rechazo del vecindario. Porque esta casa tiene
una historia, una historia triste, una historia ininteligible para muchos, una
historia que aun sigue en la memoria y que eriza la piel. Al anochecer ya nadie
quiere pasar frente al caserón amarillo y los vecinos, que aun viven a ambos
lados, tratan de no ver, tratan de olvidar…..<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES">En esta casa vivía un hombre con la vida hecha: una profesión, un trabajo,
una familia. Una familia común y corriente, como tantas otras en los
alrededores. Una esposa, dos hijos adolescentes. Ambos pupilos del colegio más
prestigioso del entorno, buenos alumnos y buenos amigos de muchos. Con las
exigencias propias de los jóvenes de hoy y del entorno en el que vivían, en un
decir: buenos chicos, pero ajenos a las preocupaciones del padre; al igual que
la madre, que vivía su mundo en el circulo social que la rodeaba. Nada sabía
ella, ni los hijos, de las obscuras nubes que fueron amontonándose en el
horizonte racional de aquel hombre con el que convivían a diario. Nada sabían
de los miedos, de la ansiedad y del desasosiego que día tras día iban
creciendo, envolviendo a ese hombre en las marañas impenetrables de una psique
doliente.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES">Con cierta curiosidad y sorpresa los chicos obedecieron aquella noche fría
de invierno a la orden del padre de volver temprano de una fiesta de quince
años, más temprano de lo común. Ni la hija, que generalmente conseguía todo,
suplicando, obtuvo el permiso de llevar a la casa a una amiga, compañera del
colegio. “Vengan solos”, fue la orden. Así que volvieron a regañadientes, ella
y el hermano y también la madre abandono el grupo de las amigas, habitual
encuentro de los sábados, alegando una disculpa deslucida.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES"> ¿Se dieron cuenta, al llegar a la
casa, del estado de ánimo lúgubre y desmarrido del padre, del esposo? ¿Bebieron
algo, comieron algo antes de retirarse a los dormitorios? Nadie lo sabe, no
hubo testigos y las paredes blancas de la casa se visten de silencio encalado.
De aquellas horas solo quedaron como testimonio los mensajes de los chicos a
sus compañeros, desahogando su frustración por tener que volver temprano,
chateando con los amigos. Los celulares en mano, siguieron chateando, escuchando
música, hasta que al final se durmieron, cayendo en un sueño profundo; ellos y
la madre. ¿Era un sueño inducido con somníferos? Nadie lo supo decir jamás,
porque así como se durmieron, el jardinero los encontró a la mañana siguiente: fríos
y muertos, asfixiados por las manos del padre, por las manos del esposo. ¿Se
habrían defendido? No había señal de
alguna lucha. Yacían en sus camas, los rostros azules, en el cuello las marcas
de los dedos que los ahorcaron. Y el hombre, el asesino, el loco, yacía
ensangrentado al lado de la cama de su hijo, el ultimo al que él había
asesinado, entre los dedos una navaja con la cual se había cortado las venas y
un celular con el que había llamado al jardinero y una carta, manchada de
sangre:….”No quiero que a mis hijos y a mi esposa alguna vez les llegue a
faltar algo. Mi situación económica ya no me permite mantener esta vida que
llevamos y mis hijos viven ajenos a la realidad… viven en una burbuja. Muero
con ellos, es la única solución que tengo”….<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES"> El hombre sobrevivió al intento del
suicidio y ahora él vive en una burbuja, en la burbuja de la locura y de la
demencia. En una enajenación total a la realidad, sin sentir remordimientos o
dolor; encerrado tras las rejas, nunca entenderá lo que hizo o lo que paso en
aquella noche y la verdad, nosotros, los vecinos, también seguimos sin
entender. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES">
Janina Bradler
<o:p></o:p></span></div>
</div>Janina Bradler (Joana)http://www.blogger.com/profile/11440203627384730594noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3932102043992597485.post-43225634410322422682012-05-17T10:35:00.002-04:002012-05-17T10:35:50.795-04:00Las piedras de la montaña<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiWuMPq9J7RWBpLLG08nbYJThsH0LEjA7w9u7v2-eS05Mn3e01o6pn-14ZkXFB9nhIpMBmY_aRflOk_f9EzgqXHcNzyMqn2n88CHq7KJwqyD3qDWk4kgLyx2f0OW1sS9pXIiFvICeBKu8T_/s1600/Aguas+arriba.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="232" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiWuMPq9J7RWBpLLG08nbYJThsH0LEjA7w9u7v2-eS05Mn3e01o6pn-14ZkXFB9nhIpMBmY_aRflOk_f9EzgqXHcNzyMqn2n88CHq7KJwqyD3qDWk4kgLyx2f0OW1sS9pXIiFvICeBKu8T_/s320/Aguas+arriba.JPG" width="320" /></a></div>
<br />
<div class="MsoNormal">
Las Piedras de la montaña</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES">Amo las piedras.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES">Grandes, pequeñas<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES">aquellas que
bajan<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES">rodando las
cuestas<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES">cuando ruge la
montaña,<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES">se estremece<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES">la sierra.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES">Son negras
algunas<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES">otras coloradas,<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES">hasta las hay<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES">con matices<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES">nacarados.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES">Cubren los lechos<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES">deshidratados<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES">de arroyos y ríos<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES">que surcan los
valles<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES">de los
majestuosos y<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES">augustos Andes.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES">Cada una de ellas<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES">cuenta una
historia<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES">de tiempos
pasados,<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES">de indómitos
pueblos<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES">de la montaña nativos</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES">y de </span>sacrilegios</div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES">por los invasores<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES">cometidos.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES">¿Serán los rojos<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES">teñidos de sangre?<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES">¿Simbolizan las
negras<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES">la atrocidades?<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES">Entonces me
inclino yo a pensar<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES">que las nacaradas<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES">redimen con
dulzura <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES">tan lacerante y
profundo pesar,<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES">reflejando en sus
cristales<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES">luces brillantes<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES">del centelleo
solar.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES">Y se vuelven en
mis manos<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES">gemas preciosas<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES">de un milenar.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES">Adornan rincones<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES">traen recuerdos<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES">de viajes lejanos<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES">de mucho andar;<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES">y en mis jardines<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES">forman,
simbolizan<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES">eternidades
rocosas <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES">de la cordillera:<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES">de los Andes
impar.<o:p></o:p></span></div>
</div>Janina Bradler (Joana)http://www.blogger.com/profile/11440203627384730594noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-3932102043992597485.post-79802432831940868412012-05-10T14:25:00.000-04:002012-05-10T14:25:44.557-04:00Ecos del Taller Literario Bilingüe<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjmPsUbxdIH5bl-1Wh-lfW250BXPorL2oAq4ZlZJhOPyyckJs-Q0-B757M_BDLlWSOEZbYTwkNOhylKVLX0JaG8ZaekCuZWlSB0ocA_L-5nyoLxi9sITfXNCR1VidSgU6vlDPDNn96D5j7Q/s1600/Arbolitos.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjmPsUbxdIH5bl-1Wh-lfW250BXPorL2oAq4ZlZJhOPyyckJs-Q0-B757M_BDLlWSOEZbYTwkNOhylKVLX0JaG8ZaekCuZWlSB0ocA_L-5nyoLxi9sITfXNCR1VidSgU6vlDPDNn96D5j7Q/s320/Arbolitos.JPG" width="195" /></a></div>
<br />
<br />
<br />
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 14.0pt;">El Otoño<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES">Tímidamente el Guayaivi esta tiñendo su
follaje verde oscuro con matices amarronados, casi de color herrumbre y el Kokú
se viste de amarillo claro. Son las
primeras señales de nuestro otoño en Paraguay. En algunos patios y jardines,
los crespones y los perales también se visten con su follaje otoñal, un poquito
más colorido y vistoso. Están lejos de poder competir con la explosión de
colores en otros países, como en Europa o en el sur de Argentina y Chile en
esta época del año, pero sin embargo dan aquel toque de quietud, de pequeña
muerte, a las frescas mañanas de Marzo.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES"> El equinoccio le da la bienvenida al
otoño en nuestro hemisferio donde se conjuga con <st1:personname productid="la Semana Santa." w:st="on"><st1:personname productid="la Semana" w:st="on">la Semana</st1:personname> Santa.</st1:personname> La naturaleza,
que se cubre con velos de pasividad y de reposo, preparándose para el invierno,
transmite ese sosiego a los humanos. Ya los calores del verano se han ido, el
cielo, después de algunas lluvias, extiende su bóveda celeste con una nitidez
infinita, alegrando los corazones y elevando el espíritu. Es Semana Santa: tiempo
de reflexiones, vida en familia, reuniones alrededor del tatacua donde se dora
la chipa y de donde el Día del Jueves Santo surge el suculento y tradicional
asado de carne de cerdo; tradiciones otoñales de nuestra gente, porque el
Viernes Santo nadie prende fuego, nadie habla en voz alta, nadie hace ni
escucha música y los adultos reprenden a los chicos si estos hacen algún ruido
cuando inocentemente se dedican a sus juegos de siempre.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES"> Hasta las tres de la tarde todo es
silencio, un silencio otoñal, un silencio de Semana Santa…… bueno, así fue al
menos hasta hace unas décadas atrás en nuestro país. Hoy por hoy, en vano el
otoño trata de recordar a la gente que llega una época de descanso, que llega <st1:personname productid="la Semana Santa" w:st="on"><st1:personname productid="la Semana" w:st="on">la Semana</st1:personname> Santa</st1:personname>, que llega un
tiempo de reflexión y de quietud. Las fiestas del carnaval van hasta mucho más allá
del Miércoles de Ceniza, las discotecas siguen funcionando, fiestas se siguen
celebrando. Pasan los vehículos con monstruosos equipos de sonido, haciendo
vibrar el diafragma de todo transeúnte, contaminando e interrumpiendo el
silencio de la naturaleza de forma brutal e inhumana; o tal vez, sea justamente
muy, pero muy humano. Ningún animal irracional se comportaría así. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES">La violencia con la cual se impone el ruido es despiadada, despiadada al
igual que la propia gente. Nadie piensa en que tal vez a uno que otro le
molesta lo que ellos llaman “música”.
Transitan con sus vehículos equipados con cajas, buffers y demás yerba
frente a hospitales, recorren los barrios, se juntan en las estaciones de servicio;
no respetan horarios, mucho menos Semana Santa. Y el otoño, que en otros
tiempos resaltaba el silencio de <st1:personname productid="la Pascua" w:st="on">la
Pascua</st1:personname>, queda visible y audible tan solo en el recuerdo de algunos; aquellos que hoy sufren con el ruido
violento que trae consigo el progreso, el desarrollo y la democracia; porque hoy en día, por
democracia se entiende que cada cual puede hacer lo que quiere y cuando quiere.
Y las viejas tradiciones, la celebración
de <st1:personname productid="la Semana Santa" w:st="on"><st1:personname productid="la Semana" w:st="on">la Semana</st1:personname> Santa</st1:personname>
durante la quietud otoñal, no son más que quimeras del pasado. Ya no existen
los “Temikuaa” de antaño que con su respeto a la naturaleza y el miramiento a
las cosas, imponían la obediencia y el orden a los demás… y si es que en algún
lugar aun se conservan con sus viejos códigos, el ajetreo y la agitación del mundo
actual no les permite ni a ellos regocijarse con la calma que es propia de esta
época del año. El bullicio y el fragor arrasan hasta con el propio otoño………….. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES">
Janina Bradler<o:p></o:p></span></div>
</div>Janina Bradler (Joana)http://www.blogger.com/profile/11440203627384730594noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3932102043992597485.post-10668870618237495182012-04-27T09:02:00.001-04:002012-04-27T09:02:48.538-04:00<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgzrvy-c5B_Tw-3J3cgsixgWa8UtbSj3i6icowPiEllo7Ri7yHv4820kppiDL0Phz9nR9gY7g7MbqRgGKUSqZ32aS4Wq8kT7lYLaa53PGk5pUHerKK_Q3E863DTs2p8fp0rzjC2hsHDn14t/s1600/Garzas+al+atardecer.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="241" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgzrvy-c5B_Tw-3J3cgsixgWa8UtbSj3i6icowPiEllo7Ri7yHv4820kppiDL0Phz9nR9gY7g7MbqRgGKUSqZ32aS4Wq8kT7lYLaa53PGk5pUHerKK_Q3E863DTs2p8fp0rzjC2hsHDn14t/s320/Garzas+al+atardecer.jpg" width="320" /></a></div>
<br />
<br />
<br />
<div class="MsoNormal">
</div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-size: 16.0pt; mso-ansi-language: ES;">Oda a las aves del Paraguay<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES;">De las riberas del Ypoá <span style="text-transform: uppercase;"> <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES;">se elevan las garzas<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES;">surcando el cielo <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES;">bóveda celeste, guaraní.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES;">Lejano suena<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES;">el canto sutil<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES;">de los hijos del sol, <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES;">Kuarahy-Mimbi.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES;">El Ipequí<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<st1:personname productid="la Cigea" w:st="on"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES;">la Cigüeña</span></st1:personname><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES;"> soberbia y<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES;">el Tuyuyú,<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES;">con airosas zancadas<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES;">cruzan arrogantes<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES;">las altas gramillas<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES;">que orillan<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES;">el agua;<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES;">desde la costa del chaparro boscaje<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES;">el Ipacaá canta,<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES;">entona sus coplas,<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES;">anunciando<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES;">chubascos.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES;">Sorteando las hojas del<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES;">camalotal<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES;">Aguapé-hasô<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES;">detiene su andar<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES;">para encontrar<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES;">entre verdes hojas<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES;">un yatyta,<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES;">suculento manjar.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES;">Desde una rama<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES;">Se lanza al agua<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES;">cual una flecha tornasolada<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES;">y con furor,<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES;">Martín Pescador.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES;">Chajá, Garza Mora,<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES;">el Yabirú;<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES;">todos habitan esteros<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES;">y lagunas,<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES;">mientras en los montes<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES;">profundos, oscuros, <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES;">el Jaku guasu<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES;">y el Tatapuá,<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES;">dividen el suelo<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES;">boscoso terreno,<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES;">con el Muitú.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES;">Canta a lo lejos<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES;">con melancolía<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES;">el Guayrapu,<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES;">y entre los chaqueños matorrales<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES;">corre Ñandú,<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<st1:personname productid="la Charata" w:st="on"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES;">la Charata</span></st1:personname><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES;"><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES;">y el Ynambú.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES;">El cuervillo en las cañadas<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES;">Viudita blanca, las Golondrinas<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES;">y los Cardenales<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES;">con su trinar,<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES;">son integrantes<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES;">primordiales<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES;">de esta sinfónica aviar.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES;">En los lugares<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES;">donde al crepúsculo<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES;">canta melódico<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES;">el Corochiré,<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES;">lo reemplaza<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES;">en noche profunda<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES;">el Guaymingue.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES;">Y en medio suena,<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES;">igual a una pena,<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES;">la canción afligida del<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES;">Urutaú.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES;">Al borde selvoso <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES;">de los caminos callados<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES;">donde<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES;">posa silencioso<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES;">el Yvyja’u,<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES;">entre el ramaje<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES;">espeso y frondoso<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES;">va de cacería<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES;">el Ñacurutú.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES;">Cuando amanece,<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES;">y ya adormece<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES;">en su tacurú<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES;">el Caburé,<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES;">se estremecen<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES;">las avecillas<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES;">en las campiñas:<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES;">El Bendito sea<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES;">y Yeruti<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES;">cantan, solfean,<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES;">trinan<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES;">y volotea<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES;">en redor de las flores<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES;">el Mainumby.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES;">Gua’ases y loros<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES;">con gran alboroto<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES;">trepan, parlotean,<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES;">invaden los bosques<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES;">buscando semillas<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES;">de Naranja Hay.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES;">Anó y Piririta<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES;">ruidosos Gorriones,<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES;">el TeroTero<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES;">la mansa paloma,<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES;">la ratonera<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES;">y el Pitogüé,<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES;">forman parte<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES;">del vivaz plumaje<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES;">de todas las aves; <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES;">trabaja el hornero<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES;">canta el Chiricó.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES;">Navegan<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES;">cruzando<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES;">el azur de los cielos,<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES;">allá en lo alto<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES;">los Yryvu.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES;">Y muy silencioso<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES;">aventurado y<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES;">azaroso<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES;">surca el aire<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES;">el Taguató.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES;">Janina Bradler<o:p></o:p></span></div>
<br />
</div>Janina Bradler (Joana)http://www.blogger.com/profile/11440203627384730594noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3932102043992597485.post-19170087324785093152012-04-23T19:10:00.000-04:002012-04-23T19:10:27.368-04:00Rincón del poeta<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhjiYq9TI74boHk4Ae_W4PpTZA0ORF56FgmKuBdDdEKSxO8Bs7Nj-R7AjkbgxAsWpWBvT64ReLer-2Ek1950fxFs76mQS617_lTBEYOhLmJKYV6szO7-7OEfn3r-3hyTlSuVOGj37S9e6CT/s1600/DSCN5376.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhjiYq9TI74boHk4Ae_W4PpTZA0ORF56FgmKuBdDdEKSxO8Bs7Nj-R7AjkbgxAsWpWBvT64ReLer-2Ek1950fxFs76mQS617_lTBEYOhLmJKYV6szO7-7OEfn3r-3hyTlSuVOGj37S9e6CT/s320/DSCN5376.JPG" width="320" /></a></div>
<br />
<br />
<br />
<br />
<div class="MsoNormal">
<st1:personname productid="La Ley" w:st="on"><span style="font-size: 14.0pt;">La Ley</span></st1:personname><span style="font-size: 14.0pt;"><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES;">Están hablando de sinalefa,<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES;">decasílabos, diptongos y ley;<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES;">ley, que según ellos<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES;">todo poeta<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES;">debe tener.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES;">Me rompo el coco,<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES;">se calientan las orejas<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES;">porque –dicen ellos-<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES;">es justo eso <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES;">lo que hay que hacer.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES;">Voy buscando, escudriñando<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES;">los recovecos de mi ser.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES;">No encuentro respuesta,<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES;">tan solo inercia<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES;">por doquier…….<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES;">Sin embargo.. si nadie reclama,<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES;">nadie presiona,<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES;">así, sin forzar…<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES;">Las palabras fluyen,<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES;">brotan y germinan…..<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES;">sin buscar.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES;">Pero husmeando, tantear, preguntando<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES;">los vocablos, los verbos<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES;">la dicción y el habla<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES;">huyen del seso<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES;">dejándolo inerte<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES;">pasivo,<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES;">inactivo.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; mso-ansi-language: ES;">Totalmente yerto.<o:p></o:p></span></div>
</div>Janina Bradler (Joana)http://www.blogger.com/profile/11440203627384730594noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3932102043992597485.post-60859785194614089792012-04-03T07:57:00.000-03:002012-04-03T07:57:09.664-03:00Cosas de vecindario<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgRX9D7oV0qBR94HDHbkwmsN8uf3iCQ_8yjpHhChICAwa3PSPJ4xg-fEEhPQ6Kvryf-1PMHmHiIz8r6a671wNJDo-Jqi8SEq84PSSRcbBDGHJvC3No7X8T8hdMxHfC2WY9967euofV9ApR9/s1600/Fosforito+de+San+Juan.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgRX9D7oV0qBR94HDHbkwmsN8uf3iCQ_8yjpHhChICAwa3PSPJ4xg-fEEhPQ6Kvryf-1PMHmHiIz8r6a671wNJDo-Jqi8SEq84PSSRcbBDGHJvC3No7X8T8hdMxHfC2WY9967euofV9ApR9/s320/Fosforito+de+San+Juan.JPG" width="320" /></a></div><br />
<div class="MsoNormal"><span style="font-size: 14.0pt;">Fosforito de San Juan<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"> <span lang="ES">Las ramas largas de la liana cubrían el cerco. En cascadas caían los brotes nuevos que ahora en el próximo mes de Junio se cubrirían con florecillas color naranja fuego; una de las flores mas llamativas de la flora autóctona que con sus cálices ordenados en racimos, dan un toque otoñal al paisaje porque esta planta crece con predilección al borde de los caminos, cubriendo los barrancos o trepando por viejas cercas y hasta allá arriba, a la copa de los arboles añosos que aun quedan como mudos centinelas entre los grandes sojales de la zona.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal"><span lang="ES"> Hoy encontré a mi liana triste, muerta. Los brotes mustios, caídos. La mano despiadada del obrero del vecino (porque no fue el jardinero) corto las ramas implacablemente - para hacer lugar-, dijo.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES"> Ya no habrá flores este año; no habrá una cascada de fuego naranja amenizando el invierno paraguayo, haciendo alusión a la fiesta de San Juan; al menos no en mi jardín. Florecerán en otros lugares donde no les alcance la mano atroz de algún trabajador que poco o nada ve en plantas silvestres. Aquel que limpia su terreno para plantar frutos que alimentan al estomago, no a la vista y al alma. Pero, yo pregunto: ¿Y la liana de mi cerco? ¿Acaso estaba molestando? ¿Ahora los vecinos que plantaran? Aburridos setos verdes que necesitan de la poda cada dos por tres y que solamente tienen la triste función de separar a un vecino del otro. Nada de alegres flores, de picaros brotes, que con sus zarcillos buscan donde agarrarse. Solo queda un alambrado pelado con ramas secas, el saldo callado y triste de la ignorancia………<o:p></o:p></span></div></div>Janina Bradler (Joana)http://www.blogger.com/profile/11440203627384730594noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-3932102043992597485.post-60434027481448791962012-02-24T17:54:00.000-03:002012-02-24T17:54:53.960-03:00Homenaje a la Mujer Paraguaya<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg_lyxCgUvbYmD6JTzDGstKTcpEx5Abie_SqAUczmkTBArkK3VsSEpujfUZRszziRuQHqhv_ZOIB3tuHwODsOQxA-6Qg0zwSoSCXNygLWEHFTJBc5MoG9I8iR0xxodtpJr2-PWG-2W24rwg/s1600/Orgullo+Guarani+50+x+70.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg_lyxCgUvbYmD6JTzDGstKTcpEx5Abie_SqAUczmkTBArkK3VsSEpujfUZRszziRuQHqhv_ZOIB3tuHwODsOQxA-6Qg0zwSoSCXNygLWEHFTJBc5MoG9I8iR0xxodtpJr2-PWG-2W24rwg/s320/Orgullo+Guarani+50+x+70.jpg" width="261" /></a></div>Oleo sobre lienzo<br />
Retrato de un indigena del Paraguay "Orgullo Guaraní"</div>Janina Bradler (Joana)http://www.blogger.com/profile/11440203627384730594noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3932102043992597485.post-38626294095894645532012-02-02T11:46:00.000-03:002012-02-02T11:46:58.221-03:00Viaje al pasado<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgNF5NwFBU3KcH2FZ-ih0-XdhA4MrnpG7YdCx1WOFk4pnlpW-oSQHA5YfYazNR8aKBQebyskvAlIeXijhD0FC50LrgL-8mt8ctlTtgGOi7ediK9RAK-iKeEe-Lx3LKeK3GbjykfHvtyDFPV/s1600/DSCN4968.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgNF5NwFBU3KcH2FZ-ih0-XdhA4MrnpG7YdCx1WOFk4pnlpW-oSQHA5YfYazNR8aKBQebyskvAlIeXijhD0FC50LrgL-8mt8ctlTtgGOi7ediK9RAK-iKeEe-Lx3LKeK3GbjykfHvtyDFPV/s320/DSCN4968.JPG" width="320" /></a></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEggSUuHcrJa-gZg607vEvNAduaFqQGTlLs3q8JiRho3UaqtedF8DO4Ki5UZorpF7-bmSe2KQJsWP1wqxO9jTiHZ1EdSA61zpd4VrMIIDJm4tmXjBvKcT_ZW3y0LAFYpl8LCixouh914pdVw/s1600/DSCN5121.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEggSUuHcrJa-gZg607vEvNAduaFqQGTlLs3q8JiRho3UaqtedF8DO4Ki5UZorpF7-bmSe2KQJsWP1wqxO9jTiHZ1EdSA61zpd4VrMIIDJm4tmXjBvKcT_ZW3y0LAFYpl8LCixouh914pdVw/s320/DSCN5121.JPG" width="320" /></a></div>Una calle de arena colorada en la Colonia Friesland y una imagen del Río Tapiracuay. Esta colonia esta ubicada en el Departamento San Pedro, al Noroeste del Paraguay. Una colonia que este año festeja 75 años de existencia y donde viví durante algunos años de mi infancia. Muchas cosas cambiaron, no así la esencia de los moradores; sus costumbres, su idiosincrasia y la religión quedaron intactas, a pesar de las antenas parabólicas, el acceso a Internet y autos modernos que reemplazan los tradicionales ca-chapes tirados por caballos. Las amas de casa siguen elaborando sus panes, hacen embutidos caseros y todos se conocen entre si. Aunque existan discrepancias entre una familia y la otra, hacia afuera son unidos, formando así una barrera protectora contra cualquier intruso, salvaguardando de esa manera su integridad social y religiosa. Una colonia digna de visitar. El Hotel "Tannenhof", con un ambiente muy familiar, mima a sus huéspedes con una atención calida y personalizada, siempre velando por el bienestar y el entretenimiento de las visitas. En el supermercado de la Cooperativa se encuentra todo lo necesario y en la Administración el visitante se sorprende con una biblioteca bien surtida de libros en alemán; ademas se pueden adquirir rompecabezas de la marca "Ravensburg", así como juegos de mesa en general, hermosos calendarios artísticos y las informaciones acerca de la colonia y sus alrededores. A pocos kilómetros del centro se encuentra el balneario del Río Tapiracuay con sus aguas cristalinas que bañan los esteros inmensos de la zona. En verano, el lugar de encuentro de los lugareños donde a la sombra de los arboles están dispuestos bancos y mesas para saborear un rico asado en familia o con amigos. Eso si, el lugar es restringido y solo se accede con previo aviso en la Administración que luego entrega la llave para el portón de acceso. Para todas aquellas personas que se interesen en conocer una colonia menonita, este lugar es muy recomendable. A 150 kilómetros de Asunción, por ruta asfaltada, se llega muy rápido, disfrutando de paisajes únicos en campo abierto donde aun pueden observarse garzas y cigüeñas y ranchos adormecidos a la sombra de unos cocoteros y a orillas de tajamares y arroyos....................... </div>Janina Bradler (Joana)http://www.blogger.com/profile/11440203627384730594noreply@blogger.com0